La semana de jornadas “Ante los incendios: información y formación” arrancó en el Campus de Ponferrada con un mensaje nítido: o se actúa ya, o la excepcionalidad de este verano se convertirá en rutina. El catedrático de Ingeniería Forestal y Cambio Global de la Universidad de Lleida, Víctor Resco de Dios, fue tajante: “Lo que hemos visto este año no es más que un tráiler de lo que está por venir si no tomamos medidas”. El encuentro, enmarcado en la campaña #platémonoscontralosincendios impulsada por las investigadoras Flor Álvarez Taboada y Elena Marcos, reunió a expertos de referencia para analizar las causas reales del fuego y las políticas eficaces de prevención.
Medidas sobre la mesa: del pastoreo a las quemas prescritas
Resco de Dios y el resto de ponentes coincidieron en recuperar los usos rurales tradicionales, apostar por el pastoreo y la ganadería extensiva, cumplir la normativa de franjas perimetrales sin vegetación alrededor de los núcleos rurales y planificar quemas prescritas. “Tenemos la ciencia para hacerlo”, defendió Resco, reclamando gestión forestal de proximidad para abastecer papel, cartón y madera de forma sostenible y, a la vez, reducir el riesgo de grandes incendios.
Idea clave: gestionar los montes de cercanía contribuye a disminuir el riesgo local y a evitar la presión sobre ecosistemas como el Amazonas.
Parques protegidos: más combustible, más riesgo
El catedrático subrayó que la falta de gestión en áreas protegidas incrementa la vulnerabilidad: “Es muy bonito decir que habrá un parque protegido, pero estas áreas son las que más arden”. Aportó cifras: en la zona atlántica de España, Francia y Portugal se concentra el 55 % del área quemada, con 17 puntos más que el resto y una severidad un 20 % mayor. La receta, dijo, pasa por “políticas valientes” que imiten a la naturaleza y aprovechen sus recursos sin dejar los montes a su suerte. “La pregunta es a cuántos muertos estamos de que se tomen medidas efectivas”, advirtió.
Desmontar bulos y atacar la raíz del problema
La mesa redonda —abierta por Pilar Marqués, vicerrectora del campus— contó con Fernando Castedo (ULE, Máster Fuego), Alfonso Fernández Manso (catedrático de Ordenación de Montes, ULE), Roberto López (coordinador BRIF Tabuyo del Monte, MITECO/TRAGSA) y Pedro Bécares (JCyL).
El debate se centró en combatir bulos, diagnosticar las verdaderas causas y gestionar el paisaje para reducir su combustibilidad. “Mientras no hagamos esto, da igual que pongamos medios infinitos: hay muchos incendios en los que los equipos de extinción no pueden actuar. Hay que ir a la raíz”, remarcó Castedo.
Claves para pasar del diagnóstico a la acción
-
Gestión activa y continua del combustible en mosaico.
-
Pastoreo y ganadería extensiva como herramienta preventiva.
-
Franjas perimetrales limpias en zonas habitadas rurales.
-
Quemas prescritas y planificación basadas en evidencia científica.
-
Aprovechamiento forestal de proximidad para cerrar el círculo económico y reducir riesgos.
La prevención es política pública, economía rural y ciencia aplicada. Sin gestión, no hay paisaje resiliente; sin paisaje resiliente, habrá más megaincendios.