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En la Carta Pastoral para esta Cuaresma que hoy se inicia y que acaba de hacer pública, el obispo Julián López anima a que “aprovechemos este periodo transitorio entre el ciclo navideño -Adviento Navidad- y el ciclo pascual -Cuaresma-Pascua-, procurando sacar el mayor provecho posible para nuestra vida, espiritualidad, trabajo y apostolado” y recuerda que “cada domingo tiene su importancia en sí a partir de la palabra de Dios proclamada y acogida con espíritu de fe tanto en las celebraciones litúrgicas como en la lectura individual o en familia, y no solo los domingos sino diariamente” y así “lo tenemos que hacer cada jornada para alimentarnos, cuidar la salud, trabajar o descansar, relacionarnos, vivir consciente y saludablemente”.
El obispo de León hace especial hincapié en esa invitación clásica del Tiempo de Cuaresma, articulada en el tríptico del ayuno, la oración y la limosna, en que “tenemos la gracia de ser creyentes en el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo (cf. Rom 15,6; etc.) y esto es algo extraordinariamente valioso e importante”, de manera que la prioridad en Cuaresma tiene que ser “cuidar la vida espiritual tanto o más que la salud física pues, no en vano, existe en nosotros una fuerte conectividad entre nuestro ser y nuestro hacer, entre nuestro espíritu y nuestro organismo, pero de manera que la dimensión espiritual influye en nuestro estado general mucho más de lo que pensamos”. “De ahí la importancia que tiene no solo el bienestar físico, sino también el estado de ánimo”, continúa Mons. López Martín, quien concluye con una referencia al “Misterio Pascual de Jesucristo, centro de la vida litúrgica y de la espiritualidad cristiana, que se actualiza especialmente en la Eucaristía y en los demás sacramentos, se proyecta e influye en nuestro ser y en todas las dimensiones de nuestra existencia” por lo que es preciso “que nos dispongamos, un año más, a celebrarlo bajo la guía, segura y estimulante, de la Iglesia”.