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De mediados de marzo a principios de abril, las llanuras cerealistas del sur de León sirven de escenario para un auténtico prodigio de la naturaleza: el ‘cortejo nupcial’ de la avutarda, su época de celo, las únicas semanas del año que esta singular ave esteparia permite una observación más próxima.
Después de un invierno de vida discreta, los primeros rayos del sol sacan a la luz al ave voladora más pesada del mundo, que deja su refugio entre la paja para situarse en las zonas más altas de campo con su nuevo plumaje nupcial, más llamativo que su ‘traje’ de invierno e irresistible para las hembras. En estos altos, y según los expertos, los machos se exhiben ante sus pretendientas con un complejo ejercicio de contorsionismo en el que dirigen las partes blancas de su plumaje hacia las zonas visibles.
Para conocer un poco mejor al representante más genuino de las áreas esteparias el Ayuntamiento de Grajal de Campos ha diseñado una ruta de observación que inaugura este este sábado, 22 de abril, a través de una atractiva actividad familiar para echar todo el día en la villa renacentista.
La propuesta incluye una salida en grupo por los campos de Grajal en compañía del guía Javier Fernández García y una comida popular en el mesón del pueblo que podrá completarse con una visita guiada a los principales monumentos de la localidad.
El recorrido es de seis kilómetros y se prevé echar a andar a las 9:30 horas y regresar al pueblo a las dos, justo para degustar un menú que incluye los conocidos puerros de Sahagún, lechazo churro ‘kilómetro cero’ asado en horno de leña, ensalada, postre…
Las personas interesadas en participar pueden confirmar su inscripción hasta el 20 de abril (para opción con comida) a través del teléfono: 628 510 242. El precio de la actividad es de tres euros y de 25 euros incluyendo la experiencia gastronómica.
Las dos rutas
Las avutardas pueden avistarse en varios puntos del municipio de Grajal de Campos, pero más concretamente en la zona sureste. En este sentido, el Ayuntamiento ha diseñado un par de rutas, de cinco y tres kilómetros, que comparten como punto de arranque el monasterio de Nuestra Señora de la Antigua.
Aquí está ya ubicado el primer panel informativo a cerca de las avutardas y su hábitat, continuando dirección Villacreces, el pueblo abandonado. La ruta larga está señalizada con balizas y señales de color verde y la corta con señales de color blanco.
