
Este medicamento demostró detener la progresión de la enfermedad y reducir un 27% el deterioro cognitivo, pese a que la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) lo rechazó inicialmente en julio por considerar sus riesgos superiores a los beneficios.
El doctor Xavier Montalbán, neurólogo del Hospital Vall d’Hebron, advirtió a la ‘SER’ sobre los plazos de disponibilidad: «No estará accesible antes de 18 meses en España». Mientras Alemania lo comercializará en cuestión de meses, en nuestro país el proceso se demorará por la necesidad de negociaciones autonómicas.
Un avance con limitaciones
La comunidad médica recibió con esperanza esta aprobación, aunque reconoce sus limitaciones. Salvador Macip, investigador biomédico, lo describió como «un fármaco que no es fantástico, pero es lo único que tenemos actualmente». El tratamiento presenta efectos secundarios como edema cerebral (afecta al 12-17% de pacientes), aunque los especialistas destacan que ya conocen cómo minimizar estos riesgo.
El mecanismo de acción del Lecanemab actúa como «limpiador» de las proteínas beta-amiloides que se acumulan en el cerebro de pacientes con Alzheimer. Montalbán comparó este hito con lo ocurrido en los 90 con los primeros tratamientos para esclerosis múltiple: «Aquella polémica inicial dio paso a mejores terapias posteriormente».
En Estados Unidos, donde el fármaco lleva meses en uso, los resultados superaron las expectativas de los ensayos clínicos, especialmente en cuanto a seguridad.
Macip destacó que este medicamento representa un «cambio de paradigma» que probablemente impulse nuevos desarrollos: «En los próximos 10 años veremos más avances».
La aprobación final llegó tras intensas presiones de la comunidad científica y asociaciones de familiares, que consideraron imprescindible disponer de esta opción terapéutica, pese a sus limitaciones. Como señaló Macip, a veces hay que «hacer lo que se puede con lo que se tiene», especialmente en enfermedades neurodegenerativas donde las alternativas son escasas.