El invierno ha hecho su entrada triunfal en la península hace apenas unos días y el descenso del mercurio ya es notable en todo el país. Tal y como han adelantado los meteorólogos, nos enfrentamos a unas Navidades que van a ser especialmente frías en España. Y aunque a menudo pensamos que el pelaje de nuestras mascotas es suficiente escudo contra la intemperie, la realidad es muy distinta: algunas razas de perro son mucho más frioleras que los humanos y pueden pasarlo realmente mal si no tomamos medidas.
Así lo han confirmado diversos veterinarios citados recientemente por el tabloide británico ‘Mirror’, quienes han lanzado un recordatorio crucial para los propietarios de mascotas: es importante estar pendiente en los días más gélidos, especialmente si convivimos con determinadas razas cuya fisonomía no está preparada para soportar temperaturas bajo cero.
Las razas más vulnerables al invierno
No todos los canes tienen la resistencia de un Husky o un San Bernardo. Según los expertos, existen tres grupos principales que requieren una atención especial cuando el termómetro se desploma:
-
Razas delgadas y de pelo corto: Perros atléticos y aerodinámicos como los bóxer, los galgos o los whippets encabezan la lista. Suelen carecer de un pelaje denso o de doble capa y, lo que es más crítico, tienen un porcentaje de grasa corporal muy bajo. Esta combinación hace que noten la bajada de las temperaturas de forma inmediata y brusca.
-
Perros ‘toy’ o miniatura: El tamaño importa a la hora de conservar el calor. Razas como los chihuahuas, el Yorkshire Terrier o el Bichón Maltés pierden su temperatura corporal mucho más rápido que las razas grandes debido a su metabolismo y superficie corporal. Además, su pelaje suele ser fino, ofreciendo poca resistencia al viento helado.
-
Cachorros y perros sénior: La edad es un factor determinante, independientemente de la raza. Los cachorros aún no han desarrollado completamente su capacidad para termoregularse y sus reservas de energía son menores. Por otro lado, para los perros «viejecitos», el frío es un enemigo de la movilidad: las bajas temperaturas agudizan el dolor en las articulaciones y pueden provocar rigidez muscular severa.
¿Cómo ayudarles a combatir el frío?
La solución propuesta por los veterinarios es de sentido común: al igual que los humanos, lo mejor para el frío es abrigarse.
Aunque a veces se critique la «humanización» de las mascotas, en estos casos el uso de ropa no es una cuestión estética, sino de salud. Hoy en día existen multitud de prendas técnicas diseñadas para animales (impermeables, forros polares, jerséis de lana) que ayudan a mantener su temperatura corporal estable.
La clave no es disfrazarlos, sino ayudarles con una capa extra. Un buen abrigo que cubra el lomo y el pecho permitirá que razas frioleras puedan disfrutar de sus paseos diarios sin que su sistema inmunológico se vea comprometido.
Señales de alarma
Incluso con ropa de abrigo, los dueños deben mantener la vigilancia durante los paseos invernales. Hay signos inequívocos de que un perro está sufriendo frío en exceso y debemos volver a casa de inmediato:
-
Postura encorvada y cola entre las piernas.
-
Temblores visibles.
-
Intentos de levantar las patas del suelo alternativamente para evitar el contacto con el asfalto helado.
-
Negativa a caminar o quedarse paralizado.
Proteger a nuestros compañeros de cuatro patas del frío es esencial para garantizar que estas fiestas sean seguras y felices para toda la familia.