La Facultad de Derecho de la Universidad de León (ULE) se convirtió este jueves en un aula abierta de justicia con la celebración de un juicio simulado por acoso escolar en León, protagonizado por alumnado de 6º de Primaria del CEIP La Palomera. La iniciativa, vinculada al 47º aniversario de la Constitución española, busca acercar el sistema judicial a los escolares y sensibilizar sobre las consecuencias del bullying a través de una experiencia práctica y vivencial.
El juicio simulado por acoso escolar en León se construyó a partir de una sentencia real de la Audiencia Provincial de Alicante, relativa a un caso de acoso continuado entre menores. En aquel procedimiento, un estudiante ejerció burlas reiteradas, agresiones físicas y humillaciones hacia un compañero, provocándole lesiones físicas y un trastorno de estrés postraumático, y la causa concluyó con condena para el agresor e indemnización a cargo de sus progenitores y del centro educativo. A partir de este referente, el equipo organizador adaptó el caso al contexto escolar para hacerlo comprensible al alumnado sin perder realismo.
El Derecho, explicado desde dentro
El proyecto ha estado coordinado por el catedrático de Filosofía del Derecho de la ULE, Antonio García Amado, quien subrayó que el objetivo principal es que los menores entiendan “qué ocurre en un juicio y qué papel desempeñan abogados, fiscales y jueces”. Para ello, la Facultad de Derecho se volcó en ofrecer un entorno lo más parecido posible a una vista real, con el Salón de Grados completamente preparado y una estructura procesal ajustada a la práctica judicial.
En total, 75 niños y niñas asistieron a la actividad, de los cuales alrededor de 15 asumieron los roles principales como acusación y defensa, luciendo la toga y participando en interrogatorios, testificales y alegatos finales. Tal y como explicó García Amado, se elaboró “una versión adaptada de la resolución judicial de 2019 dictada por la Audiencia Provincial de Alicante”, con el fin de dotar al juicio simulado por acoso escolar en León de verosimilitud y, al mismo tiempo, transmitir un mensaje claro: el acoso nunca sale gratis.
Nervios, aprendizaje y espontaneidad en el Salón de Grados
La directora del CEIP La Palomera, Ana Caldera Rodríguez, destacó el trabajo de coordinación previo y el esfuerzo conjunto entre el centro y la universidad. Reconoció que los menores llegaron “nerviosos” al Salón de Grados, pero valoró que, una vez iniciada la sesión, se implicaron con responsabilidad en sus papeles.
La preparación del juicio simulado por acoso escolar en León se apoyó en la labor de la jefa de estudios, la coordinadora de Convivencia y los tutores de las distintas aulas, que acompañaron al alumnado durante el proceso sin dirigir las intervenciones. Las preguntas que realizaron en sala no estaban memorizadas, sino que surgieron de forma espontánea, únicamente conociendo de antemano el tema a tratar. De este modo, la actividad fomentó la capacidad de improvisación, la escucha activa y el pensamiento crítico.
Magistradas reales y apoyo universitario
La simulación contó con la participación de profesionales del ámbito jurídico. La magistrada del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL) y profesora de Derecho Penal de la ULE, Isabel Durán Seco, ejerció como jueza principal de la vista. La jueza María Iglesias Bueno participó también en la recreación, mientras que la secretaria general de la Universidad de León, Pilar Gutiérrez Santiago, asumió el papel de letrada de la Administración de Justicia.
Las distintas partes estuvieron además arropadas por profesorado y estudiantes de la Facultad de Derecho, que acompañaron al alumnado en la construcción de los argumentos y en la comprensión de cada fase del proceso. Esta implicación permitió que el juicio simulado por acoso escolar en León sirviera no solo como actividad de sensibilización sobre el bullying, sino también como herramienta de orientación vocacional para quienes, en el futuro, puedan interesarse por estudios jurídicos.
Liga de Debate y círculos de diálogo en el aula
La preparación del caso comenzó semanas antes en el propio CEIP. La profesora de Educación Física y coordinadora de Convivencia, Maite Morán del Valle, dirigió una Liga de Debate escolar en la que el alumnado aprendió a formular preguntas, defender tesis y exponer conclusiones de forma ordenada y respetuosa.
Además, en cada una de las tres clases de 6º de Primaria se organizaron círculos de diálogo, un espacio en el que los estudiantes pudieron expresarse en un entorno seguro y respetuoso, compartiendo cómo perciben el acoso, qué emociones despierta y cómo creen que se debe reaccionar ante estas situaciones.
Con la participación de Antonio García Amado, el alumnado reflexionó también sobre la justicia y la necesidad del Derecho en la vida social, a partir de anécdotas y ejemplos de su experiencia profesional. El catedrático se encargó de elaborar los guiones de la vista siguiendo la estructura procesal real: acusación, defensa, interrogatorios, testificales y conclusiones finales.
Círculos restaurativos: justicia desde la reparación del daño
Junto al enfoque estrictamente jurídico, el proyecto incorporó la metodología de los Círculos Restaurativos, una herramienta de justicia restaurativa que sitúa en el centro la reparación del daño y el diálogo estructurado entre las personas implicadas.
Estas dinámicas permitieron que el alumnado reflexionara sobre el impacto del acoso escolar, las emociones de víctimas, agresores y testigos, la responsabilidad individual y colectiva y las alternativas no violentas ante los conflictos. Así, el juicio simulado por acoso escolar en León se convirtió en algo más que una representación: fue un espacio de aprendizaje profundo sobre convivencia, empatía y resolución pacífica de conflictos.
De esta manera, la experiencia combinó educación en valores, conocimiento del sistema judicial y prevención del bullying, reforzando la idea de que la escuela y la universidad pueden colaborar para construir entornos más seguros, respetuosos y comprometidos con los derechos de la infancia.