La Mata de Curueño (León) acogió este jueves un emotivo filandón que sirvió de homenaje a la escuela rural, un modelo educativo que fue clave en la formación de generaciones enteras en la provincia. El evento, cargado de emoción y recuerdos, contó con la participación del presidente de la Diputación de León, Gerardo Álvarez Courel, quien no ocultó la carga personal del acto: su madre, Josefina Courel, fue maestra de la escuela local en los años 50.
Organizado por la Asociación Cultural Los Cantarales, presidida por Juan Francisco Díez Muñiz, el acto se desarrolló en la antigua escuela de La Mata de Curueño, hoy reconvertida en Casa de Cultura. Allí se inauguró una exposición fotográfica que recopila imágenes de la actividad docente en la zona, incluyendo retratos de maestros que dejaron huella en la comunidad.
Álvarez Courel recordó con emoción la etapa de su madre como docente en esta escuela, que permaneció abierta hasta 1971. Durante su intervención, compartió con los asistentes un escrito de puño y letra de Josefina Courel y narró anécdotas familiares que reflejan el cariño con el que siempre se ha vinculado a este pequeño pero simbólico centro educativo.
La muestra también rindió tributo a Eufemiano, conocido como “el topo de La Mata”, quien pasó diez años oculto bajo tierra en la casa familiar para evitar represalias durante la posguerra (1937-1947). Su historia ha sido inmortalizada en obras como El río del olvido y Luna de lobos, del escritor leonés Julio Llamazares.
El evento se convirtió en un reencuentro con la memoria colectiva, poniendo en valor no solo el legado educativo de la escuela rural, sino también las historias humanas que aún laten en los pueblos de León.
