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La profesionalidad y la responsabilidad del profesorado público desde la declaración del Estado de Alarma han permitido que prácticamente de un día para otro se haya producido un profundo giro en la labor docente, adaptando la metodología de trabajo a una realidad sobrevenida. Ante la falta de un rumbo claro por parte de la administración educativa, el profesorado está haciendo lo que siempre ha hecho, intentar que su alumnado aproveche al máximo el proceso de enseñanza/aprendizaje.
Estamos ante un momento de una profunda reflexión pedagógica en la que el profesorado está echando mano de toda su capacidad docente, de su creatividad, de su empatía emocional y de sus propios medios tecnológicos (y en muchos casos económicos) para intentar llegar a todo su alumnado, preocupándose por su estabilidad emocional y haciendo todo lo posible para que el proceso educativo siga adelante, en un contexto desconocido para toda la sociedad.
Además, no podemos olvidar que el profesorado está haciendo un esfuerzo enorme para adaptarse a esta nueva situación (los centros educativos están cerrados, pero las clases siguen muy abiertas), con una carga de trabajo que no conoce de horario ni de fines de semana, con una importante carga formativa para adaptarse al manejo de las nuevas herramientas digitales y una fuerte carga emocional como el resto de la sociedad.
Ahora más que nunca se necesitan gestores educativos que bajen de sus despachos a pie de calle, que acompañen y ayuden al profesorado, y se necesitan familias que sepan valorar el gran esfuerzo que se está haciendo y que ayuden en lo que puedan, como nos consta que están haciendo.
Es más necesario que nunca que todos y todas rememos en la misma dirección. Por ello, creemos que es un error que, en circunstancias tan excepcionales como las que estamos afrontando, FELAMPA caiga en el desprestigio de la labor docente, al plantear una denuncia pública que da la espalda al extraordinario esfuerzo que está haciendo el profesorado, basándose únicamente en generalizaciones no objetivadas e injustas. La sociedad y las familias saben de la extraordinaria complejidad de la actividad docente, saben de las dificultades que hemos tenido que afrontar, después de años de recortes en el presupuesto educativo, para conseguir que en esas circunstancias se dé respuesta a las necesidades de todo el alumnado. Ha sido la profesionalidad del profesorado público la que ha permitido garantizar una atención educativa de calidad que salvase las políticas de recortes presupuestarios (recursos humanos insuficientes y ratios por encima de lo recomendable).
En los últimos meses el profesorado se ha enfrentado al reto más difícil que cabría imaginarse. La administración no ha asumido su responsabilidad y se ha dejado en las espaldas del profesorado la tarea de reinventar de hoy para mañana un nuevo sistema educativo y un trabajo docente que ha tenido que realizarse en una situación absolutamente desconocida hasta el momento (prescindiendo del elemento fundamental de toda práctica docente, el contacto directo con el alumnado, y con la urgencia de un día para otro). El profesorado ha puesto todos los recursos necesarios para garantizar el derecho fundamental a la Educación: medios materiales, compromiso reforzado y determinación firme, para lograr que el alumnado y las familias no dejasen de recibir atención y acompañamiento educativo.
Los docentes públicos están dando el cien por cien de sí mismos, de sus recursos y de su tiempo, reinventándose cada día para atender individualmente al alumnado, trabajando sin mirar el reloj para que nadie quede descolgado y haciendo malabarismos para conciliar su vida familiar, pues la enseñanza a distancia y el teletrabajo que impone la pandemia han supuesto para los docentes un serio obstáculo para la conciliación de la vida laboral y familiar.
En consecuencia, resulta muy doloroso para el profesorado verse sin el reconocimiento y sin el apoyo de la FELAMPA y ver cómo se vierten acusaciones que nada tienen que ver con los logros demostrados. Por eso reprochamos el trato injusto hacia la labor del profesorado que suponen las generalizaciones y acusaciones infundadas que se han hecho desde esta asociación. Siempre es fundamental en la labor educativa la implicación de las familias, la supervisión y apoyo de las tareas escolares de sus hijos.
En situación de normalidad académica, la colaboración entre familias y profesorado generalmente ha logrado mejorar la atención educativa al alumnado. En esta colaboración el profesorado no ha dejado de ser autoexigente y capaz de autocrítica con su desempeño. En circunstancias tan adversas como las presentes, habríamos esperado de las familias, por lo menos, la misma colaboración que siempre han ofrecido al profesorado, pues precisamente ahora esa colaboración es más necesaria que nunca.
Entre todos tenemos que seguir poniendo en valor el papel que juega nuestra Escuela Pública, que sobre todo es equilibradora de desigualdades, es el lugar en el que se da oportunidad a todo el alumnado independientemente de su condición social o de donde viva. No es una fábrica de titulaciones, sino el terreno de la igualdad, de la atención, de la empatía, del trabajo colaborativo, de la construcción de un futuro mejor y esa es la tarea que actualmente se encuentra en el centro de las preocupaciones y del trabajo del profesorado.
Lógicamente esto no se puede hacer online, al menos no durante mucho tiempo, pues la enseñanza, ante todo, es interacción social, es intercambio, es comunicación, verbal y no verbal, por lo que los medios digitales pueden ser una herramienta, pero nunca una metodología o un objetivo, y además existe el peligro de que pueden llegar a convertirse en un foco de discriminación social. Para finalizar, desde la Junta de Personal Docente de León, además de subrayar el compromiso y esfuerzo realizado por el profesorado en una situación que ha puesto a prueba su capacidad de trabajo y su profesionalidad, deseamos:
– Valorar muy positivamente la tarea que están haciendo las familias para procurar que el proceso de enseñanza/aprendizaje prosiga con la mayor normalidad posible, adaptándose a esta situación en un tiempo récord. Sin la ayuda incansable de padres y madres el gran esfuerzo que está haciendo el profesorado caería en saco roto.
– Destacar el gran esfuerzo que está realizando también el alumnado en la actual situación de pandemia.