
Obra del afamado pintor sevillano Fernando Vaquero, la pintura da protagonismo al Cristo de la Crucifixión y al rosetón de la Catedral de León, todo ello en relación con la temática de la “divina proporción” o “proporción áurea” que impregna toda la obra.
En la presentación, el artista ha expresado que este es un cartel muy especial por ser su primer cartel para la ciudad de León, así como por su significado y composición, basada en la mencionada “divina proporción” a la que trataron de aproximarse los artistas del renacimiento y que tiene mucha relación con la planta de la Catedral de León a la que conecta con el famoso “Hombre de Vitrubio” de Leonardo da Vinci. La representación de esa divina proporción que el artista ha trasladado al cartel simboliza la búsqueda de la armonía, la proporción y la simetría del cuerpo humano, así como la conexión entre la naturaleza y el arte, entre la ciencia y el arte y entre el hombre y el universo.
Fernando Vaquero ha agradecido a la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno la
“absoluta libertad creativa” de que ha dispuesto “no solo en la composición sino en la elección
del titular protagonista de esta obra”, lo que le ha permitido componer este magnífico cartel
con Dios hecho hombre en el centro, el rosetón de la Catedral, un elemento cuadrado que
aporta un toque contemporáneo a la obra y todo ello con la estética tenebrista que distingue
al autor y que muy pocos igualan, destacando el espectacular tratamiento de la luz que ilumina
al Cristo y que proviene de la parte superior de la composición