
A medio camino entre el arte, la artesanía y la etnografía, Ángel Manuel Rodríguez Romero ha revisitado el carnaval tradicional del Noroeste ibérico en una sugerente exposición que mañana viernes, 7 de marzo, será inaugurada en el Museo de los Pueblos Leoneses que gestiona el ILC de la Diputación Provincial. El acto de apertura tendrá lugar a partir de las 12.00 horas y al mismo acudirán, además de este veterano creador y artesano gallego; el diputado de Cultura, Arte y Patrimonio, Emilio Martínez Morán; y el director del Museo de los Pueblos, Lucas Morán. La muestra, titulada ‘Entroido. Mobiliario vestido’ podrá verse hasta el próximo 28 de abril en el citado emplazamiento, que constituye el gran custodio de la cultura tradicional de todo León, ubicado en la villa jacobea de Mansilla de las Mulas.
Natural de Viana do Bolo (Ourense), cuyo carnaval popular goza de una muy arraigada tradición, Ángel Manuel Rodríguez, ‘Piquico’, además de escultor, pintor y fotógrafo, es un gran conocedor de este tipo de manifestaciones populares, y ha venido imprimiendo su sello personal al carnaval de su comunidad autónoma en exposiciones que han recorrido numerosas localidades gallegas, pero que también han podido verse en ciudades como Madrid o Valencia. Ahora, ‘Piquico’ ha recreado a su manera algunos de los personajes más icónicos de los antruejos, entroidos, antruidos y antruexos, incorporando para la ocasión los típicos toros, propios de muchas ‘mazcaradas’ leonesas.
Piquico siempre recuerda que los personajes del entroido no se disfrazan, sino que se visten. De este modo, ‘Mobiliario vestido’ pretende mostrar “la continuidad entre cuerpo, ropa y mueble, representar una conjugación entre lo atávico de la fiesta y la modernidad, jugando con los personajes, el animalario y los elementos simbólicos de esta fiesta”. “El resultado son esculturas-personaje ‘vestidas’ de mobiliario o al revés, ya sea una mesa, una repisa, un armario, una lámpara, un mueble bar, un pupitre-escritorio, un botellero, una silla, un espejo, etc., en paralelo con los motivos del Entroido -explica ‘Piquico’-. Las obras son básicamente figurativo-geométricas, y en ellas interesa la expresividad, la masa descubierta, la forma o la anatomía. Piezas orgánicas en contraste con la pura geometría del mobiliario, el cubismo y la idea de corte, de ensamble, de bloque o de desbaste. Se muestra desde lo más duro a lo más blando o lo más áspero, experimentando con el color o la textura provocados por las herramientas y la forma”.
En las obras de ‘Entroido’ se ha utilizado sobre todo madera de muchos tipos, pero también pizarra, piedra, papel de pared, mármol, granito, hierro, iluminación o ‘ready-made’. La materia orgánica con cristalinas transparencias o lacado, simbólicamente contrapuestos, intentan conciliarse y simbolizar lo representado. Los acabados van desde los naturales o pulidos a la policromía, pigmentación, lacado o lustre, dando brillantes transparencias de color o efectos de esmaltado. “Como decía Quintiliano, ‘la verdadera belleza nunca está reñida con la utilidad’, y eso intento -cuenta el artista-. Estamos rodeados de ‘bellezas minúsculas’ y, sin embargo, como no nos enseñan a mirar, desdeñamos muchos de los tesoros que se nos ofrecen. El antruejo nos muestra diseños en el aire y en el espacio, y los límites son la medida del hombre, de su cuerpo; el horizonte surge a partir de nuestro propio cuerpo. El dibujo y el colorido de las figuras responden menos a las apariencias de lo real que a su ritmo profundo y oculto. Podemos aplicar la frase, sin mengua de significado, también al arte contemporáneo, a la estética de las últimas vanguardias y, sin duda, al ‘arte intemporal de lo cotidiano’, a la enorme riqueza de lo que, para entendernos, denominamos popular. Salidas de manos campesinas que embellecían la utilidad cotidiana en años de autosuficiencia y angosturas, o de la serena pericia de modestos profesionales, hay piezas que reclaman una atención raramente concedida”.
“Es posible que la estética de manufactura nos haya desorientado hasta hacernos minusvalorar lo auténtico”, reflexiona ‘Piquico’, y recuerda también que los artistas pastoriles tuvieron mucha consciencia del valor estético de sus producciones y de su valor espiritual, “al ser sus creaciones gratuitas y jamás retribuidas”.
La muestra podrá contemplarse hasta el 28 de abril en la sala de exposiciones temporales del Museo de los Pueblos Leoneses (calle San Agustín, 1, Mansilla de las Mulas), con acceso gratuito, de martes a domingo de 10.00 a 17.00 horas.