La expansión de productos con electrónica integrada, como prendas con tecnología incorporada, juguetes conectados o artículos deportivos inteligentes, está creando una nueva categoría de residuos que no encaja plenamente en la clasificación actual de aparatos eléctricos y electrónicos (AEE). Esta tendencia, resultado de la creciente digitalización del consumo, plantea un reto regulatorio que todavía no cuenta con una respuesta específica dentro de la legislación europea y nacional.
El Global E-waste Monitor 2024, elaborado por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) y UNITAR, advierte que la generación mundial de residuos electrónicos continúa aumentando más rápido que la capacidad formal de recogida y reciclaje. El informe identifica especialmente los productos de pequeño tamaño como los más difíciles de recuperar, ya que muchos consumidores no los reconocen como dispositivos electrónicos y los desechan junto con otros residuos domésticos.
«Nos encontramos ante un cambio profundo en la manera en la que los productos se fabrican, usan y reciclan. Si no adaptamos las normas a tiempo, miles de dispositivos inteligentes podrían quedar fuera de los canales adecuados de tratamiento. En Movilex trabajamos para aplicar la misma trazabilidad, seguridad y eficiencia que utilizamos en el reciclaje de los aparatos eléctricos y electrónicos a estos nuevos residuos», explica Luis García Torremocha, CEO de Movilex.
Miles de productos, en riesgo de no ser reciclados correctamente
En el ámbito comunitario, la Unión Europea ha reforzado su marco legal con la aprobación de la Directiva de Derecho a Reparar (2024), la revisión de la Directiva Marco de Residuos, en vigor desde el 16 de octubre de 2025, y el Reglamento de Ecodiseño para Productos Sostenibles (ESPR), que introduce el pasaporte digital de producto y nuevos criterios de durabilidad y reciclabilidad.
Pese a estos avances, ninguna de estas normas incluye todavía disposiciones específicas para los textiles con componentes electrónicos ni para otros artículos con módulos embebidos, más allá de la obligación de que las baterías sean extraíbles y reemplazables a partir de 2027, conforme al Reglamento (UE) 2023/1542 sobre baterías y residuos de baterías.
En España, el Real Decreto 110/2015, sobre residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, continúa siendo la referencia principal. Desde 2018 se aplica un sistema de categorías abiertas, aunque los productos híbridos siguen integrándose en las tipologías generales. En la actualidad, tampoco existe una categoría diferenciada para textiles o artículos con electrónica embebida, lo que dificulta la identificación, el desmontaje y la trazabilidad de estos residuos dentro de los sistemas de gestión.
Por eso, ante esta situación, Movilex continúa impulsando proyectos de innovación centrados en la valorización de plásticos técnicos, la mejora del reciclaje de baterías y la aplicación de herramientas digitales para la trazabilidad de materiales entre otras áreas. Estas iniciativas forman parte de la estrategia de la compañía para reforzar su papel dentro de la economía circular y consolidar su liderazgo en la gestión responsable de residuos tecnológicos.
«La innovación y mejora continua forma parte de nuestro ADN. Las nuevas tecnologías y la forma en que las consumimos están en evolución constante y, por lo tanto, la forma en que reciclamos, tratamos estos residuos y les damos nuevos usos también debe avanzar», añade el CEO de Movilex.

