
Cada 16 de julio, el mundo celebra el Día Mundial de la Serpiente, una fecha dedicada a educar y sensibilizar sobre el papel esencial que cumplen estos reptiles en el equilibrio de los ecosistemas. A pesar de su mala reputación, las serpientes son fundamentales para el control de plagas y el mantenimiento de la biodiversidad.
En el imaginario colectivo, las serpientes suelen asociarse al peligro y la traición, en parte debido a relatos culturales y religiosos. Sin embargo, menos del 20% de las especies de serpientes son venenosas y muchas de ellas son inofensivas para el ser humano. La desinformación y el miedo infundado llevan a su caza indiscriminada, lo que amenaza su conservación en varios lugares del mundo.
Además de su importancia ecológica, las serpientes también aportan avances a la medicina. Diversos estudios farmacéuticos se basan en el veneno de serpientes para desarrollar tratamientos para enfermedades como la hipertensión, coágulos sanguíneos y ciertos tipos de dolor crónico.
Este día es una oportunidad para que organizaciones ambientalistas y expertos promuevan la protección de hábitats naturales, fomenten la educación ambiental y generen respeto hacia la fauna silvestre. A través de campañas de divulgación, se busca cambiar la percepción negativa sobre las serpientes y resaltar su valor en la naturaleza.
En definitiva, el Día Mundial de la Serpiente invita a mirar más allá de los mitos y reconocer que, sin ellas, el equilibrio ecológico estaría seriamente comprometido.