
El Día Internacional del Lobo se celebra cada 13 de agosto con el objetivo de sensibilizar a la sociedad sobre la necesidad de proteger a esta especie clave para los ecosistemas. La fecha, impulsada por organizaciones de conservación y activistas ambientales, busca derribar los mitos y estigmas que durante siglos han afectado la imagen de los lobos, retratados injustamente como peligrosos o dañinos.
Los lobos cumplen una función esencial como depredadores tope, regulando las poblaciones de otras especies y manteniendo la salud de los hábitats naturales. Sin embargo, enfrentan amenazas como la caza ilegal, la pérdida de su territorio y el cambio climático, lo que ha llevado a algunas subespecies al borde de la extinción.
En países como España, Estados Unidos, Canadá y México, se organizan charlas, rutas guiadas y campañas educativas para acercar a la ciudadanía al mundo de los lobos y promover la convivencia entre humanos y fauna salvaje. Expertos coinciden en que su conservación no solo beneficia al medio ambiente, sino también a las comunidades locales que apuestan por el ecoturismo.
Este día es, en definitiva, una invitación a reconocer que proteger al lobo es proteger la biodiversidad. Mantener viva su presencia en la naturaleza es una responsabilidad compartida por todos.