
En el Día Internacional de la Actriz y del Actor, celebrado cada 26 de agosto, se rinde homenaje a quienes dedican su vida a dar voz y cuerpo a historias que conmueven, inspiran y transforman al público. Desde los escenarios griegos y romanos hasta las modernas producciones de cine y televisión, los actores se han consolidado como maestros de la comunicación emocional, capaces de trasladar a los espectadores a realidades tan diversas como profundas.
El experto en estrategias de expresión de la Fundación Casaverde, Julio García Gómez, destaca que “los actores son la esencia de la comunicación al ser capaces de subirse a un escenario o ponerse delante de la cámara y, a través de la voz, la imagen o los gestos, hacernos capaces de vivir las vidas de otras vidas”.
La voz, el gesto y la imagen: herramientas del actor
La voz es una de las principales herramientas del intérprete. Su trabajo abarca tonos, matices, respiración y proyección, permitiéndoles expresar desde la risa más espontánea hasta el llanto más desgarrador. Pero más allá de las palabras, los actores dominan la comunicación no verbal: un silencio, un gesto o una mirada pueden transmitir más que un diálogo entero.
La imagen también juega un papel fundamental. La capacidad de transformarse en personajes de distintas edades o realidades requiere no solo talento interpretativo, sino también el apoyo de profesionales de caracterización, maquillaje y estilismo.
Finalmente, el lenguaje gestual —movimientos de manos, expresión facial, postura y mirada— complementa la voz y la imagen, generando interpretaciones que impactan en lo más profundo de la audiencia.
Un trabajo en equipo que emociona
El arte de actuar no es individual: detrás de cada interpretación hay directores, guionistas, técnicos, productores y, sobre todo, un público que recibe y siente esas emociones. Gracias a este trabajo colectivo, los intérpretes logran que la ficción se viva como una experiencia real.
Cada 26 de agosto, el mundo celebra a quienes hacen posible que el espectador viva la alegría, el asombro, la tristeza y la desesperación a través de la magia de la interpretación.