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La «curiosa» base de elaboración de las gominolas

Periódico Digital de León / Ahora León / Texto: P. Blanco / Gominolas

Uno de los alimentos que ha revolucionado desde 1850 la vida de los niños y “no tan niños”, han sido las gominolas. Creadas en un principio de la caña de azúcar, se inventaron para aguantar largos viajes debido al aporte de calorías y energía que producen y a su reducido tamaño.

Estados Unidos fue el primer lugar en donde empezó su industrialización, llegando a España 80 años más tarde en 1930, y dejando en la historia a uno de los productos más conocidos de este mundo, el chupa-chups. Producido por Enric Bernat en los años 50.

Tras esta pequeña introducción, nos preguntamos, ¿qué hay detrás de este atrayente producto que ha trastocado tan fuertemente la nutrición infantil en la actualidad? Quizás después de descubrirlo muchos de los lectores cambien su opinión respecto a estos “vicios” que suelen ser casi diarios para muchos.

Denominados como caramelos de goma, este término se transforma en un sinfín de formas y sabores que intentan captar la atención de los interesados. Desde los típicos ositos, pasando por corazones, huevos, gusanos, fresas y hasta momias, son las figuras que se pueden encontrar en los kioscos y supermercados.

Todos estos productos tienen la misma base de formación: azúcar, jarabe de glucosa o fructosa, colorantes y gelatina. Una de las cosas que hacen tan atractivos a las gominolas es la particularidad de su textura. Esta se logra con la cocción de la gelatina, generalmente de origen animal.

La gelatina, tiene una base de colágeno, que principalmente se encuentra en las articulaciones de los animales y en las pieles, generalmente, de origen porcino y bovino. A pesar de pasar todos los controles de sanidad garantizados, este hecho genera mucha polémica.

El corto de Kneepkens muestra cómo se producen desde cero las gominolas, en este caso las suyas, en un video que se volvió viral y muestra el proceso al revés.

YouTube video

Existen otro tipo de gelatinas de pescado e incluso de origen vegetal, cuyo coste de obtención es tan elevado que, normalmente no se extraen para hacer las gominolas.

Esta industria que produce miles de millones de “chucherías” y marca la vida infantil de muchas personas, tiene en primer lugar al mercado como elemento educador para regularizar su consumo, ya que las miles de campañas que producen atraen a los niños a consumir este adictivo alimento. Únicamente los buenos hábitos y los padres (la familia) pueden contrarrestar el efecto del mercado. Quizás después de ver este ilustrativo vídeo cambie la percepción de muchos sobre las gominolas.

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