El agotamiento parental, un síndrome caracterizado por el cansancio emocional, la sensación de distanciamiento de los hijos y la pérdida de satisfacción en el rol de cuidador, es una realidad creciente en la sociedad moderna. Una investigación reciente, publicada en PLOS One, arroja luz sobre un factor influyente y a menudo subestimado: la calidad de la relación emocional que los adultos establecieron con sus propias figuras parentales.
El estudio, liderado por Dawid Konrad Ścigała y su equipo del Instituto de Psicología de la Universidad Maria Grzegorzewska de Varsovia, analizó a 440 progenitores para explorar los vínculos entre el apego inseguro, la alexitimia (la dificultad para identificar y expresar las emociones propias y ajenas) y el agotamiento parental.
La conclusión central es contundente: las dificultades para identificar y describir las propias emociones —un rasgo que los investigadores asocian a menudo con una relación complicada en la infancia— «parecen desempeñar un papel central en la conexión entre el estilo de apego y el agotamiento parental», según explicó Ścigała.
El papel crucial de la Alexitimia
El mecanismo que une la experiencia infantil con el burnout actual es, en muchos casos, la alexitimia. Los investigadores determinaron que esta incapacidad para procesar el mundo emocional propio es un poderoso mediador entre el apego inseguro y el riesgo de agotamiento. Este patrón se verificó tanto en hombres como en mujeres, aunque los mecanismos difieren según el sexo del progenitor.
Diferencias por género en el mecanismo del agotamiento
El análisis de ecuaciones estructurales reveló rutas específicas hacia el agotamiento:
- En los hombres: El apego evitativo hacia el padre o la madre se vinculó directamente con un mayor nivel de burnout. Este estilo de apego se desarrolla cuando el niño percibe una figura parental emocionalmente distante o rechaza sus necesidades de consuelo. Por otro lado, la ansiedad de apego (el miedo al abandono o la preocupación constante por la cercanía) mostró una relación indirecta, siendo la incapacidad de los padres para identificar y expresar sus emociones (alexitimia) el eslabón mediador.
- En las madres: El apego evitativo hacia sus propias madres y la ansiedad de apego se identificaron como factores directos de agotamiento. En su caso, la inseguridad y el distanciamiento emocional parecen impactar de manera más inmediata en su satisfacción y energía como cuidadoras.
Intervenciones enfocadas en la emoción y el vínculo
Estos resultados subrayan la urgencia de abordar no solo los síntomas del burnout parental, sino también sus causas subyacentes: las dificultades emocionales y los patrones de apego disfuncionales.
El equipo investigador propone que las intervenciones centradas en la regulación emocional y la comprensión del vínculo de apego son vitales para la prevención. Sugieren que programas de apoyo psicológico basados en la terapia focalizada en las emociones o el mindfulness parental podrían resultar altamente eficaces.
En última instancia, el estudio ofrece un poderoso recordatorio de que la salud mental en la crianza no se limita a las interacciones con los hijos, sino que se nutre y se ve afectada profundamente por el legado emocional de nuestra propia infancia. Sanar el apego y aprender a nombrar y gestionar las propias emociones se posiciona como una estrategia fundamental en la prevención del agotamiento parental.