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Ritter ha estado durante una semana trabajando como azafato, como un tripulante de cabina más en el avión.
Un salto muy peculiar que ningún directivo había hecho hasta el momento. El actual CEO lleva muchos años en la compañía y ha trabajado en diferentes puestos, incluido el de piloto comercial, pero nunca había estado en la piel de un tripulante de cabina.
«¡A veces, necesitas cambiar las perspectivas para obtener nuevos conocimientos!», ha subrayado en una publicación de LinkedIn donde ha compartido su experiencia.
Se enfundó el traje de azafato y estuvo 7 días trabajando en vuelos con destino Arabia Saudí y Baréin.
«Decidir las cosas en la oficina será diferente»
El Ejecutivo ha destacado la complejidad de este puesto, pues «hay mucho que organizar», especialmente cuando ocurren imprevistos y las cosas «no salen como lo planeado».
Por ejemplo ha comentado que hubo problemas con las tarjetas de comidas ya que la comida que llevaban a bordo no era la que se les había indicado a los pasajeros previamente.
Problemas que requieren soluciones rápidas y eficientes que gestiona directamente la tripulación de cabina. Ha destacado también el trato directo con los pasajeros, algo que sólo permite este trabajo y que ha considerado fundamental.
Una experiencia que le ha brindado una perspectiva muy diferente de la que se tiene trabajando en las oficinas, alejado completamente del público, por lo que ha reconocido que «decidir las cosas en la oficina será diferente» tras este cambio de roll.
Ha agradecido a todos sus compañeros de tripulación la experiencia vivida así como a los pasajeros con los que compartió hazaña y el equipo implicado en este proceso.
Sin duda una forma peculiar pero necesaria para que los directivos conozcan de primera mano cómo es el día a día de un departamento fundamental de la empresa, como en este caso son los tripulantes de cabina para una aerolínea.