La población de águila imperial ibérica en Castilla y León ha firmado en 2024 su nuevo máximo histórico, con 191 territorios localizados. El dato consolida una tendencia de crecimiento continuo que se mantiene desde finales de la década de 1990 y refuerza el papel de la Comunidad como referencia en conservación de grandes rapaces.
La Junta de Castilla y León ha difundido los resultados del censo de 2024 dentro del Plan de Monitorización del Estado de Conservación de la Biodiversidad. El recuento se apoya en el trabajo de técnicos, agentes medioambientales y celadores, con coordinación del servicio de Espacios Naturales, Flora y Fauna y el respaldo técnico de la Fundación Patrimonio Natural de Castilla y León.
Un salto histórico: del mínimo a un récord en dos décadas
El seguimiento del águila imperial ibérica es uno de los más exhaustivos en la Comunidad. Los primeros datos se recopilaron a inicios de los años 80 y, desde finales de esa misma década, el control es completo y anual en los territorios de Castilla y León.
La evolución del censo muestra un cambio de escala: la especie pasó de su mínimo histórico, con 16 parejas entre 1997 y 1999, a 29 territorios en 2005, 45 en 2010 y 68 en 2015. Además, superó el centenar de territorios desde 2019 y alcanzó en 2024 la cifra récord de 191 territorios.
Dónde se concentra la especie: provincias con más territorios
El reparto provincial de 2024 sitúa a Segovia y Ávila como principales focos, aunque el crecimiento se extiende al conjunto de la cuenca del Duero:
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Segovia: 59 territorios
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Ávila: 47
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Valladolid: 40
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Burgos: 14
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Zamora: 14
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Salamanca: 12
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Palencia: 5
Más territorio ocupado: expansión del área de distribución
El aumento de territorios se acompaña de una clara expansión geográfica. La especie pasó de ocupar 16 cuadrículas UTM (10×10 km) en 1998 a 125 cuadrículas ocupadas en 2024. Esta ampliación del mapa reproductor confirma que el crecimiento no se limita a un único núcleo, sino que se está extendiendo de forma progresiva.
Medidas clave que explican el crecimiento
La tendencia positiva se vincula a varias líneas de gestión que la Junta ha aplicado de forma continuada. Entre las principales actuaciones destacan:
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Seguimiento continuo y anual de territorios.
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Reducción de mortalidad por colisiones y electrocuciones en tendidos eléctricos mediante correcciones.
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Gestión forestal sostenible en montes públicos y privados con instrumentos de planificación.
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Alimentación suplementaria en territorios concretos.
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Recuperación del conejo silvestre en áreas de la cuenca del Duero, que mejora la disponibilidad de presas.
Estas actuaciones arrancaron a finales de los 90 y se reforzaron desde 2003, cuando la Junta aprobó el primer Plan de Recuperación mediante el Decreto 114/2003, de 2 de octubre.
Zonas críticas: el dato que obliga a revisar el plan de 2003
El plan de 2003 definió 24 áreas críticas en 11 ZEPA de Ávila y Segovia, pensadas como espacios prioritarios para nidificación y alimentación. Sin embargo, el crecimiento ha cambiado el escenario: en 2024, solo el 11,5 % de los territorios de nidificación (22 territorios) se localizó dentro de esas áreas críticas.
Este desplazamiento evidencia, según los datos del censo, la necesidad de revisar y actualizar tanto las zonas como los criterios usados para designarlas, porque la especie ya se reproduce con fuerza más allá del mapa original.
Espacios protegidos y montes gestionados: la red que sostiene la recuperación
En 2024, aproximadamente el 54 % de los territorios identificados se ubicó en entornos con herramientas de conservación o gestión activa: ZEPA, ZEC, montes gestionados por la Junta o montes con planificación forestal en vigor.
En cifras concretas, de los 191 territorios, alrededor de un 25 % se localizó en montes gestionados por la Junta o con instrumentos de ordenación forestal vigentes. Además, 60 territorios se situaron en alguna Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA).
Dónde anida: los pinos dominan como sustrato
En los 152 territorios donde se pudo caracterizar el sustrato de nidificación en 2024, el patrón fue claro: cerca del 65 % de los nidos se asentó sobre especies del género Pinus, mientras que alrededor del 28 % se ubicó en especies del género Populus.
Este resultado refuerza la importancia de aplicar criterios homogéneos de gestión forestal sostenible, tanto en montes públicos como privados, para mantener árboles adecuados y reducir molestias en época reproductora.
