
La ciudad de León ha sido escenario de un hito deportivo y social. Un grupo de personas con discapacidad intelectual de Asprona-León, acompañadas por dos profesionales de la entidad, ha participado por primera vez en la Infernal Running, una de las carreras de obstáculos más exigentes del calendario. El equipo, plenamente inclusivo, ha mostrado que la superación y el trabajo en conjunto marcan el camino hacia la meta.
Inclusión que avanza un paso más
Desde hace años, las carreras de obstáculos se han popularizado por su ambiente de cooperación, esfuerzo y resiliencia. La Farinato Race, la más conocida, ya apostó en sus inicios por un espacio inclusivo. Su creador, Rubén Morán, impulsó la participación de personas con discapacidad intelectual como voluntariado, apoyándose en la experiencia de Asprona-León para señalizar pruebas y colaborar en la organización.
Este año, en León, esa colaboración ha subido de nivel: por primera vez, un equipo de Asprona-León ha tomado la salida en la Infernal Running, la “hermana pequeña” de Farinato, llevando al terreno competitivo los valores que ya compartían con la organización.
Valores compartidos: apoyo, metas y comunidad
La filosofía de estas pruebas —superación personal y cooperación entre participantes— encaja de lleno con los principios de Asprona-León, entidad que defiende el valor de los apoyos adecuados para alcanzar objetivos significativos. “Ha sido una experiencia para repetir”, han subrayado los cinco integrantes del equipo tras cruzar la meta.
Obstáculos superados bajo la lluvia
Bajo un intenso aguacero en Santovenia de la Valdoncina, el conjunto afrontó muros, tramos de barro y el movimiento de ruedas de camión, entre otros desafíos. Cada obstáculo se convirtió en una oportunidad para demostrar que, con apoyos precisos y espíritu de equipo, cualquier persona puede lograr lo que se proponga.
Mirando a la próxima Farinato Race
El estreno en la Infernal Running puede ser el impulso definitivo para que el grupo de Asprona-León dé el salto a la próxima edición de la Farinato Race. Más allá del resultado, la jornada deja una huella: en León, la inclusión no solo se aplaude, también se practica.