La organización profesional agraria ASAJA de Castilla y León ha solicitado a la Junta y al Gobierno central la puesta en marcha de un plan urgente de control de censos de jabalíes para prevenir la expansión de la peste porcina africana (PPA) y proteger al sector porcino regional. La petición llega tras la detección reciente de jabalíes muertos positivos a PPA en una comarca de la provincia de Barcelona, lo que supone la reaparición del virus en España después de más de treinta años sin presencia de la enfermedad.
Según la organización, este episodio confirma el papel decisivo de la fauna silvestre en la difusión de enfermedades que afectan tanto a animales salvajes como a especies domésticas. ASAJA recuerda que viene alertando desde hace años de esta situación, especialmente en el marco de los programas de erradicación de la tuberculosis bovina, donde también se ha señalado la incidencia de la fauna cinegética.
Un sector porcino con altos estándares de bioseguridad
El sector porcino español se ha consolidado como referente internacional por su sistema productivo y por el estricto cumplimiento de las normas de sanidad animal y bioseguridad en las granjas. En el caso de Castilla y León, ASAJA subraya que la bioseguridad es incluso más elevada, ya que muchas explotaciones son más modernas, cuentan con instalaciones mejoradas y se ubican a mayor distancia entre sí, en línea con las exigencias medioambientales y sanitarias más recientes.
La organización agraria considera que el sector ha hecho todo lo que está en su mano para impedir la entrada del virus en la cabaña porcina. No obstante, el colectivo se muestra dispuesto a revisar protocolos y medidas junto a las autoridades sanitarias del Estado y de la Comunidad Autónoma, si se estima necesario reforzar la protección.
El crecimiento del jabalí, factor clave en la difusión de la PPA
ASAJA destaca que el principal elemento que ha cambiado desde la erradicación de la peste porcina africana en España es el espectacular aumento del censo de jabalíes. Según sus estimaciones, la población actual puede ser diez veces superior a la existente hace tres décadas. Además, la especie se ha expandido por buena parte del territorio, pasando de concentrarse en zonas de monte y dehesa a aparecer con frecuencia en áreas agrícolas e incluso próximas a núcleos urbanos.
Este incremento, unido a la mayor movilidad y dispersión de la especie, convierte al jabalí en un vector crítico para la propagación del virus. Por ello, ASAJA sostiene que el plan de prevención y eventual erradicación de la PPA no puede replicar el modelo aplicado en el pasado y debe centrarse ahora en la vigilancia activa y el control de los censos de jabalíes en Castilla y León y en el conjunto del país.
La organización insiste en que el control de censos de jabalíes resulta imprescindible para reducir el riesgo de transmisión hacia las explotaciones porcinas, complementando las medidas de bioseguridad ya aplicadas en las granjas. En este sentido, reclama a las administraciones que el nuevo plan incluya actuaciones concretas, objetivos cuantificables y un presupuesto suficiente para garantizar su eficacia.
Petición de un plan urgente con financiación suficiente
ASAJA de Castilla y León exige a la Junta y al Gobierno central que, con carácter de urgencia, diseñen y pongan en marcha un plan de actuación específico frente a la peste porcina africana en fauna silvestre. Este programa debería integrar refuerzo de la vigilancia sanitaria en jabalíes, mejor coordinación con los servicios veterinarios oficiales y medidas de gestión poblacional que permitan ajustar el número de animales al equilibrio sanitario y medioambiental.
La organización insiste en que no basta con un documento de intenciones. Reclama que el plan vaya acompañado de una dotación económica real, suficiente para apoyar tanto las labores de control de jabalíes como los trabajos de seguimiento epidemiológico, recogida de muestras, formación e información al sector y a los cazadores.
Impacto económico y social del porcino en Castilla y León
En su comunicado, ASAJA subraya la relevancia económica y social del sector porcino en Castilla y León, que sustenta una potente industria agroalimentaria y contribuye de forma decisiva al empleo y la fijación de población en el medio rural. Además, recuerda que las explotaciones porcinas son grandes consumidoras de cereal, el principal producto agrícola de la comunidad, por lo que cualquier alteración en el mercado porcino tendría un efecto directo sobre miles de agricultores.
La organización advierte de que los principales perjuicios para el sector no se derivarían únicamente de un eventual sacrificio masivo de animales en alguna explotación afectada, sino de una posible caída de las ventas por restricciones a la exportación que pudieran imponer terceros países. Por ello, recalca la necesidad de actuar de forma preventiva y de reforzar el control de censos de jabalíes para evitar que el virus llegue a la cabaña porcina.
ASAJA de Castilla y León concluye que la combinación de altos niveles de bioseguridad en granja y un control efectivo de la fauna silvestre, especialmente mediante un riguroso control de censos de jabalíes, es la vía más segura para proteger la sanidad animal, el tejido productivo y la estabilidad del sector porcino en la comunidad.
