Ponferrada se localiza al oeste de la provincia de León, en el corazón de la comarca del Bierzo, rodeada de cadenas montañosas -la cordillera Cantábrica, la Sierra de los Ancares y los Montes Aquilianos- y valles encajonados.
El origen del asentamiento urbano tiene lugar en una meseta delimitada por los ríos Sil y Boeza. Los orígenes documentales de Ponferrada datan de finales del siglo XI, con la decisión del obispo astorgano Osmundo de construir un puente sobre el río Sil para facilitar el paso a los peregrinos hacia Compostela, el Pons Ferrata, que dio lugar a la ciudad y su nombre. El momento de esplendor que vivía el Camino de Santiago y la estratégica situación geográfica de Ponferrada fueron determinantes en la consolidación del núcleo urbano.
Sobre el solar que ocupó un antiguo asentamiento de la primera Edad del Hierro, se levanta en el siglo XII el que fuera castillo de los Templarios. En 1178 el primitivo castillo fue donado por los Reyes de León a la Orden del Temple para la protección y vigilancia de la región y de los peregrinos jacobeos. Esta orden construyó el actual edificio entre el 1218 y el 1282 y estuvo presente en la villa hasta comienzos del siglo XIV, asumiendo el señorío sobre Ponferrada, sus alfoces y todo su portazgo. El antiguo recinto medieval amurallado partía de esta fortaleza templaria.
El desarrollo de Ponferrada como urbe tiene lugar entre los siglos XVI al XVIII, época en la que se construyen los edificios más singulares y notables: la plaza de las Eras, el Hospital de la Reina, la torre del Reloj, la cárcel del partido, y más tarde la plaza de La Encina y el Ayuntamiento. Ya en el siglo XIX Ponferrada se convierta en un núcleo clave en las comunicaciones ferroviarias entre Galicia y el resto de la península con el descubrimiento de los yacimientos férricos del Bierzo.
A comienzos del siglo XX se produce su despegue económico y urbano, con el descubrimiento y la explotación de las riquezas minerales, el hierro y el carbón. Pero su verdadero papel como capital funcional de la cuenca del Sil leonesa no tiene lugar hasta la llegada de la empresa Minero-Siderúrgica de Ponferrada en el año 1918, con la primera expansión urbana gracias al plan de ensanche de 1933, que tiene como consecuencia importantes modificaciones en la trama urbana y en la estructura parcelaria. La minería del carbón y la del hierro crecen extraordinariamente entre los años 1940 y 1960, lo que convierte a Ponferrada en una potente ciudad industrial. En la actualidad la estructura parcelaria original se mantiene en algunas zonas del casco histórico.
Actualmente el Conjunto Histórico de Ponferrada conserva parte de su tejido antiguo, especialmente en el recorrido que desde el Castillo se dirige hasta la plaza de la Encina, la calle del Reloj o la Plaza del Ayuntamiento, hasta llegar a la antigua Iglesia de San Antonio. Además el conjunto conserva relevantes construcciones, como el Castillo, ya declarado Bien de Interés Cultural, y elementos de destacado valor arquitectónico o histórico, como el Puente sobre el río Sil; la Basílica de La Encina; el Convento de las Concepcionistas Franciscanas; la Iglesia de San Andrés; el Hospital de la Reina; la Iglesia de San Antonio del Campo; la Real Cárcel; la Torre del Reloj; la Capilla de Nuestra Señora del Carmen; la Casa Consistorial; la Casa de los Escudos; la Casa de los Macías y las Cuadras.
Ciudad con un pasado histórico remarcable, desde épocas prerromanas, pasando por el período medieval vinculado al Camino de Santiago y el auge de la industria del hierro y carbón de principios del siglo XX, Ponferrada mantiene la huella de todos los valores históricos, artísticos y paisajísticos que la hacen merecedora de esta declaración.