“A nivel personal, el párkinson me ha cambiado la forma de valorar todo lo que puedo hacer y querer aprovechar el tiempo en cosas que valgan la pena”. Esta es la historia de Andres García, leones de 60 años que es muchas cosas a la vez, especialmente «soy feliz por seguir vivo»
“Todo empezó hace cuatro años. Llevaba un tiempo notando cosas que no parecían normales: me pesaban mucho los pies, caminaba muy despacio y sentía como un desequilibrio al caminar. Cuando me lavaba la cabeza, la mano izquierda iba muy lenta y veía que en las fotos tenía siempre la misma expresión. Me costaba abrochar los botones de la camisa y tenía un temblor en la mano izquierda”
El párkinson también ha afectado a su profesión: abogado. “En el plano profesional intento llevarlo adaptando algunos trabajos a las circunstancias”. Su profesión ha sido importante durante todo el proceso, pues le ha permitido continuar con una rutina (adaptada a los cambios y efectos de la enfermedad) y una normalidad en su día a día. “Si hubiera tenido que dejar de trabajar en el momento del diagnóstico todo me hubiera sido más difícil de llevar”.
Andres compagina su tiempo, en el trabajo y en casa con un deporte que le hace feliz y sentirse vivo, la marcha nordika, nos juntos personas de varias asociaciones, con diferentes discapacidades, nos reimos de nuestros problemas, hacemos chistes, disfrutamos de cada dia, de cada momento, porque la vida es efimera, el dinero no nos lo podemos llevar al otro barrio ¿para que que les valió a los egipcios guardar tanto en sarcofagos para el gran viaje? De nada, pues eso… vive, se feliz y haz el bien, siempre haz el bien.» manifiesta Andres.