Los celadores de Medio Ambiente de la Reserva Regional de Caza de Riaño han puesto en marcha un plan de emergencia para garantizar alimento y agua a la fauna silvestre afectada por el reciente incendio forestal en la zona de Barniedo. El objetivo principal es mantener a las especies en su territorio habitual, evitando su desplazamiento hacia otras áreas y reduciendo el riesgo de que causen daños en zonas agrícolas o se acerquen a núcleos habitados.
Desde la pasada semana, los equipos coordinados por la Dirección Técnica de la Reserva han comenzado a distribuir heno, paja, cereal, pienso vitaminado y piedras de sal en lugares estratégicos. Las zonas de actuación comprenden los cuarteles de Boca de Huérgano, Portilla de la Reina y Vegacerneja, áreas especialmente afectadas por el incendio.
Los puntos de reparto han sido seleccionados cuidadosamente en áreas donde la fauna suele concentrarse, como cursos de agua, collados y vaguadas frescas, buscando optimizar el acceso a los alimentos. Además, se han priorizado productos con alto valor nutricional, incluyendo leguminosas y complementos ricos en proteínas, vitaminas y sales minerales, con el fin de mejorar el estado sanitario de la fauna silvestre.
Evitar desplazamientos y conflictos con la agricultura
Aunque los animales podrían sobrevivir desplazándose a otras zonas en busca de alimento, Medio Ambiente apuesta por mantener las poblaciones en su hábitat natural. Según explican desde el Servicio Territorial de Medio Ambiente de León, esta estrategia previene el nomadeo de la fauna, evitando que interfiera con la ganadería y la agricultura locales.
De igual manera, se han tomado medidas para evitar el contacto entre fauna silvestre y ganado doméstico, coordinando la ubicación de los puntos de alimentación con los ganaderos de la zona, lo que resulta fundamental para prevenir problemas de sanidad animal.
Trabajos manuales en zonas de difícil acceso
Debido a la compleja orografía de la montaña leonesa, la labor de los celadores debe realizarse manualmente. Estas tareas continuarán durante todo el otoño, mientras se esperan las lluvias que favorecerán la regeneración natural de la vegetación.
Con estas actuaciones, la Junta de Castilla y León busca no solo recuperar el equilibrio ecológico de la zona, sino también garantizar la sostenibilidad de la fauna silvestre y la convivencia con las actividades humanas en el entorno rural.