En un cálido y acogedor ambiente, la Asociación Activos y Felices ha lanzado un innovador curso de cocina intergeneracional en la ciudad de León, que ha reunido a abuelos y sus nietos para compartir no solo recetas, sino también momentos inolvidables. Este programa, que comenzó la tarde de ayer, busca fortalecer los lazos familiares y transmitir tradiciones culinarias de generación en generación, además de generar el tándem perfecto entre la paciencia y la serenidad de los abuelos junto con la inquietud, la inmediatez y el ímpetu de lo más jóvenes.
Durante la primera sesión, de la mano de un gran profesional de los fogones, Emilio J. Rodríguez, los participantes han aprendido a preparar platos clásicos como el arroz a la cubana y macarrones gratinados con salsa de chorizo, mientras los abuelos comparten historias de su infancia y los nietos aportan ideas modernas y creativas. «Es maravilloso ver cómo se conectan a través de la cocina», comenta Belén, fundadora de la Asociación Activos y Felices. «No solo están aprendiendo a cocinar, sino que también están creando recuerdos que atesorarán para siempre».
Los abuelos han expresado su alegría al poder enseñar a sus nietos, mientras que los jóvenes han mostrado entusiasmo por descubrir los secretos de la cocina familiar. «Nunca pensé que cocinar podría ser tan divertido», afirmó uno de los jóvenes participantes. «Me encanta escuchar las historias de mi abuelo mientras hacemos las recetas».
El taller ha sido un éxito rotundo. Los organizadores planean extender el programa debido a la alta demanda y el impacto positivo que ha tenido en la comunidad. «Queremos que más familias tengan la oportunidad de disfrutar de esta experiencia», añade Ana, de la Asociación Activos y Felices.
Este curso no solo promueve la cocina, sino que también fomenta el respeto y la comprensión entre generaciones, demostrando que, a través de la comida, se pueden construir puentes que unen a las familias.