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Comenzamos la ruta en La Magdalena, antiguo poblado minero en cuyo entorno podemos encontrar hoy en día importantes canteras areneras. En dirección a Villablino, alcanzamos Riello, donde visita obligada son su iglesia y su casa-palacio, así como su carnaval tradicional o Zafarronada. Proseguimos hasta Pandorado, cuya ermita y caserío ofrecían reposo a los pastores trashumantes, para continuar camino hacia El Castillo, que nos recibe con las viejas ruinas del Castillo de Benal, perteneciente a Los Quiñones, los poderosos Condes de Luna. Alcanzamos Fasgar a través del Valle Gordo, de paisaje sobrecogedor con sus bosques y canchales, abedules y urogallos. Esta tierra de Historia, jalonada de castros, minas de oro romanas y vestigios medievales, como la ermita a Santiago que rememora una batalla en plena Reconquista.
Volviendo a la carretera, alcanzamos Murias de Paredes, cabeza judicial y señorial, con su gran casa blasonada, su arquitectura popular y sus vegas y prados. Muy cerca se encuentra El Puerto de la Magdalena, cuya amplia vega alterna prados y pastizales generados por un antiguo lago glaciar.
De regreso a Riello, tomamos dirección a Astorga, recorriendo una carretera de montaña, con pequeñas vegas, salpicada por iglesias, ermitas, restos de castillos y fortalezas. En La Garandilla, junto a un antiguo ramal del Camino de Santiago por el Valle de Samario, podemos disfrutar de un magnífico yacimiento de fósiles del Carbonífero. Pero es llegando a Las Omañas donde el visitante puede asombrarse ante Las Miédolas, una gran mina de oro romana con zanjas en forma de peine.
