El obispo de León, el padre Luis Ángel de las Heras, cumplió el pasado jueves su cuarto aniversario al frente de la sede legionense. Y lo hace en una jornada que comenzaba esta mañana con la reunión del Consejo Diocesano de Gobierno y que concluirá esta tarde en un encuentro con la comunidad del Seminario Mayor ‘San Froilán’ con misa vespertina y tiempo para compartir la cena, después de haber presidido ayer la celebración de la solemnidad de Santa María en el Rito Hispano-Mozárabe en la Basílica de San Isidoro.
ACCIÓN DE GRACIAS: CUATRO AÑOS DE EPISCOPADO
En este cuarto aniversario como obispo de León, Mons. De las Heras ha expresado un mensaje de acción de gracias por estos cuatro años de episcopado al servicio de la Iglesia legionense marcados casi desde el principio por el proceso que ha abierto en toda la Iglesia Universal el ‘Sínodo de la Sinodalidad’ que comenzaba en la fase diocesana en 2021 y que terminaba el pasado mes de octubre en Roma “pero que no ha concluido porque la comunión, la participación y la misión siguen presentes, la sinodalidad sigue como una experiencia del Espíritu Santo, en ese querer seguir caminando juntos como Iglesia auténtica, como un don de Dios y un soplo del Espíritu que sin duda obedece también a lo que en otros tiempo se ha sembrado, fruto de una siembra de muchos años y del trabajo realizado en esta Iglesia de León, junto con ese amplio número de personas de la Vida Consagrada dispuestas a trabajar y a colaborar con esta Iglesia Diocesana, y todo esto es motivo para una inmensa acción de gracias”.
EN COMUNIÓN CON EL PAPA FRANCISCO
Jornada de trabajo y oración y encuentro con los seminaristas por parte del padre Luis Ángel de las Heras en este cuarto aniversario de su llegada a la Iglesia de León, que vivía su primer aniversario en 2021 con una jornada de viaje puesto que aquel día regresaba desde Roma a León, después de haber participado en su primera ‘visita ad limina apostolorum’ y haber mantenido un encuentro con el Papa Francisco en la audiencia que en aquella ocasión ofrecía el Santo Padre a los 24 prelados españoles que integraban el primer grupo del episcopado español en esta visita que se prolongaba en otros tres grupos episcopales hasta enero de 2022.
Una cercanía con el Papa Francisco que se ha mantenido a lo largo de estos cuatro años y que tenía su más reciente hito el pasado día 4 de diciembre en la Plaza de San Pedro del Vaticano, cuando el pastor diocesano tenía ocasión de trasladar un saludo en nombre de toda la Diócesis al Papa Francisco, quien dejó un mensaje de cercanía y aliento para la Iglesia de León ya con la mirada puesta en el próximo Jubileo de la Esperanza. Un saludo que tenía lugar en el marco de la audiencia general con el pontífice, donde concluía el viaje realizado por el obispo Luis Ángel a Roma como presidente de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada para presentar al Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica las líneas de trabajo de la Iglesia española en este ámbito. Con la perspectiva de trabajar por una ‘Iglesia sinodal misionera’, en línea con las propuestas del ‘Sínodo de la sinodalidad’, desde el ámbito de la Vida Consagrada la Conferencia Episcopal Española tiene como prioridad el impulso al congreso nacional de vocaciones del próximo mes de febrero a partir del “fundamento de la comunión eclesial y de las relaciones fecundas, en el marco del espacio que hace posible acoger y respetar la diversidad y la especificidad de cada persona, con el testimonio de una fraternidad auténticamente vivida en el que la vida consagrada puede ser una luz de esperanza para el mundo”.
Y desde esa cercanía con el Papa Francisco se remarca hoy la memoria de aquel sábado día 19 de diciembre de 2020, cuando el religioso claretiano Luis Ángel de las Heras tomaba el relevo de Mons. Julián López, obispo emérito, en la histórica sede de San Froilán, en una celebración de ‘sucesión apostólica’ que entonces, por la situación de alerta sanitaria, hubo de desarrollarse con aforo limitado y con medidas de seguridad para garantizar la distancia social entre las cerca de trescientas personas que acudían aquella jornada a la Pulchra Leonina.
En su primera homilía, aquel día 19 de diciembre de 2020, a partir de una referencia directa al primer templo de la Diócesis, el pastor diocesano afirmaba que “en la Pulchra Leonina, la esperanza del pueblo de Dios se ha hecho piedra y la voz de los discípulos misioneros se ha hecho luz y color; así la hermosura y vocación de perfección de esta Catedral son imagen de la Iglesia que nos precede en el anuncio del Evangelio y, al mismo tiempo, de la Iglesia que hemos de continuar edificando por medio de la cercanía con Jesucristo y con los hermanos”, para trazar entonces todo un programa de acción pastoral para los próximos años en el objetivo de hacer realidad “una iglesia de comunión, misionera, misericordiosa y samaritana que prepare con esfuerzo, gozo y esperanza los caminos del Señor”.