En una noche emotiva y cargada de calidez, el Teatro El Albéitar se llenó para ver cantar a Rodrigo Martínez, quien ofreció un concierto de amor e historia a su tierra natal. Con un auditorio heterogéneo y entregado, con espectadores de todas las edades, el músico leonés, acompañado del rabelista Jaime del Blanco y de la acordeonista Sofía Miguélez, presentó su trabajo más reciente, “Bura”, una joya que nos lleva a la tradición oral de nuestra tierra. El resultado fue un reencuentro total entre el creador y su público, un acontecimiento marcado por la maestría interpretativa que atrapó y tocó, sin duda, el corazón de los asistentes.
Ya desde su llegada al escenario, el ambiente cercano del teatro se adueñó del concierto. Rodrigo Martínez no solo deleitaba con su música, sino que también compartía anécdotas para acompañar a los asistentes por su propio camino como artista y por su profundo amor e implicación con la tierra leonesa. La comunión con el público era total: cada canción y cada historia se extendían como ondas en el auditorio, provocaban carcajadas y aplausos, y creaban un ambiente acogedor e íntimo que convirtió la noche en una gran velada. Además, también estuvo acompañado por el artista y poeta Víctor M. Díez.
No solo demostró su absoluto control técnico y su destreza proyectiva, sino que mostró una vez más que su música une generaciones y transmite emociones atemporales. El público, claramente emocionado y entregado, no quería que la noche acabase. Cada pieza era aplaudida y celebrada con entusiasmo y deseaban seguir escuchando más.
Arropado por el calor de su “tierrina”, Rodrigo Martínez no ofreció un concierto: ofreció una interpretación, un homenaje a León, a nuestra historia y a nuestra tradición.
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