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Desde que en 1994 la Junta de Castilla y León y la Fundación Atapuerca comenzaran a colaborar en las campañas arqueológicas de verano, han pasado por las instalaciones de la residencia juvenil ‘Gil de Siloé’ alrededor de 2.600 arqueólogos. Profesionales que llegan a Burgos para continuar trabajando en la excavación que desde hace años es referencia a nivel mundial: Atapuerca. Durante este mes de julio, serán unos 100 científicos los que se alojen y también trabajen en la residencia, que transforma parte de sus espacios en laboratorios de investigación. Además de españoles, han llegado procedentes de diferentes países y regiones del mundo, como China, India, Marruecos, Italia, Reino Unido, Georgia, Estados Unidos o Suramérica.
La consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Isabel Blanco, ha visitado hoy la residencia del Instituto de la Juventud de Castilla y León, donde se ha reunido con los codirectores de los yacimientos y vicepresidentes de la Fundación Atapuerca: Juan Luis Arsuaga, José Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell, tres investigadores de profunda trayectoria y prolongado currículum que llevan trabajando en el lugar desde hace tres décadas. Allí lograron uno de los hitos de la arqueología internacional: descubrieron los restos del primer homínido europeo, que data de hace 1,3 millones de años. La portada de la revista ‘Nature’ llevó como protagonista la secuenciación del ADN más antiguo de la Historia.
La titular de Familia e Igualdad de Oportunidades ha destacado que las excavaciones burgalesas suponen el mayor proyecto científico y cultural de la Comunidad. Por ello, ha manifestado su satisfacción por continuar colaborando con la Fundación y ceder la residencia ‘Gil de Siloé’ no sólo para que sea el hogar de los arqueólogos entre el 1 y el 26 de julio, sino también porque durante este mes se convierte en una pieza logística más de la investigación. Una colaboración cifrada en 42.000 euros de gastos durante las más de tres semanas de alojamiento. De hecho, también ha agradecido a los trabajadores del centro su total disponibilidad durante estos días, ya que adaptan sus horarios a los de los arqueólogos.
Dentro de esta colaboración se enmarca el compromiso del patronato de la entidad de organizar actividades de promoción cultural de la arqueología dirigidas a los jóvenes castellanos y leoneses; por ello, durante la campaña de excavaciones, se impartirá un ciclo de conferencias sobre las investigaciones llevadas a cabo en los yacimientos ubicados en la Sierra de Atapuerca que realiza el equipo que trabaja allí en verano.
Así, el salón de actos de la residencia acogerá hoy mismo, a las 19:30 horas, la primera de ellas, cuya exposición versará sobre ‘La conservación y restauración en el equipo de investigación de Atapuerca’, a cargo de Pilar Fernández, Lucía López-Polín y Mari Cruz Ortega, integrantes del grupo de arqueólogos.
Este año, el programa de la Fundación Atapuerca para la residencia incorpora una interesante novedad: cuatro de los más destacados divulgadores y científicos del panorama nacional se reunirán en la ‘Gil de Siloé’ el 19 de julio para, moderados por el periodista Luis Quevedo, grabar un podcast sobre temas de actualidad en la ciencia, entre ellos, las novedades relacionadas con los yacimientos burgaleses. En concreto, los participantes serán la arqueóloga Marga Sánchez Romero, el biólogo Alex Richter-Boix, el paleontólogo Francesc Gascó y el profesor de Prehistoria Ignacio Martín Lerma.
La Junta de Castilla y León quiere que las residencias no limiten su papel a acoger a jóvenes durante el periodo lectivo, así que fomenta su papel social a través de colaboraciones con entidades del ámbito o participando en proyectos de índole cultural y deportivo durante el verano. Además de esta alianza con la Fundación Atapuerca, se dan otros usos a estas instalaciones de la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades.
Ese papel social, por ejemplo, se juega de manera ininterrumpida en la residencia juvenil ‘Gil de Siloé’, que el próximo curso continuará acogiendo a jóvenes ucranianos que realizan sus estudios en la capital burgalesa, dentro del proyecto ‘UBU-refugio’, en el que la Consejería y la Universidad de Burgos colaboran. Este 2023-2024, se alojarán siete jóvenes procedentes del país del este de Europa.
Además, las residencias funcionan durante el verano como albergues de temporada −si bien el ‘Complejo Castilla’ de Palencia y la ‘Arturo Duperier’ de Ávila cuentan con uno independiente−, donde se hospedan jóvenes y niños para realizar actividades de ocio y tiempo libre. Integran espacios fácilmente adaptables para, por ejemplo, transformarse en laboratorios de investigación, como en este caso.
Los jóvenes aún pueden solicitar plaza en las residencias
La residencia juvenil de Burgos es una de las ocho de titularidad de la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades que gestiona el Instituto de la Juventud de Castilla y León. Cuenta con 96 plazas de las 760 totales, en las cuales se alojan jóvenes de entre 18 y 26 años que, por razón de estudios o trabajo, deben salir de su domicilio.
Aunque el plazo de solicitud se cerró el pasado lunes, 3 de julio, aquellos estudiantes que aún no conocen la universidad o el centro en el que estudiarán el próximo curso pueden optar hasta el mes de septiembre a una de las plazas, ya que, en primera convocatoria, se han recibido 709 solicitudes, un número notablemente más alto que en 2022, que fueron 613. Además, desde el curso escolar 2023-2024, se amplía la permanencia máxima en las instalaciones, pasando de 5 a 9 años.
De cara al curso próximo, se mantienen los mismos precios, inalterados desde 2013, además de contar con una serie de bonificaciones en función de la capacidad económica, pero también para jóvenes con trayectoria académica excelente, deportistas de alto nivel y para quien encarne la figura del colaborador. Estos oscilan, por tanto, entre los 120 y 539 euros mensuales en habitación compartida y los 138 y 620 en individual.
Por último, cabe señalar que las residencias juveniles se encuentran constantemente actualizando y mejorando sus instalaciones. Es el caso de ‘Doña Urraca’, en Zamora, que el próximo curso comenzará con todo el sistema de aislamiento renovado. O la propia ‘Gil de Siloé’, que se encuentra mejorando su aislamiento térmico con el cambio de la carpintería de ventanas.