Sobre rezos, plegarias, oraciones y demás

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Ahora León / Imagen del Día / V.Vélez / S.Arén

Sobre rezos, como sobre gustos, no hay nada escrito. Y es que decían en mi pueblo que siempre se sacó más pidiendo que dando y, tal vez por ello, desde su destete el ser humano se acostumbró a rezar.

Sobre rezos, como sobre gustos, no hay nada escrito. Y es que cada uno reza como sueña, con lo que más le venga en gana. Rezar para salir de la cola del paro, para que el Atleti gane de una vez la Champions, para que en León no dejen de poner tapas, para que el Alzheimer deje de apretar. Rezar para encontrar un aparcamiento que no sea zona azul, para que la lluvia dé permiso a la procesión, para una cita con la morena de la tercera fila, para que la siesta sea un derecho fundamental. Rezar para uno y rezar para los demás.

Sobre rezos, como sobre gustos, no hay nada escrito. Y es que como cada uno lo hace como quiere, muchos no lo llamarán rezar. El ateo lo llama el factor suerte que hace al proyecto despegar y la que baila las cuentas del rosario lo llama por el nombre de una Virgen que cree que no le fallará.

Sobre rezos, como sobre gustos, no hay nada escrito. Y es que la fe mueve montañas y lo que no mueve lo hace la voluntad. Amar a los tuyos es siempre la mayor verdad.

Sobre rezos, como sobre gustos, no hay nada escrito. Y es que cada cual decide cuándo dejar de llorar, cuándo de nada sirve y cuándo buscarse otra plegaria por la que suplicar, otro sueño por el que luchar.

Sobre rezos, como sobre gustos, no hay nada escrito. Y es que cada oración oculta un complejo combinado de deseos y miedos de lo más profundo. En nunca dejar de creer, sea uno escuchado o ignorado en sus peticiones, está el nunca dejar de crecer.

Sobre rezos, como sobre gustos, no hay nada escrito. Y es que como no lo hay, no seré yo quien lo escribirá.