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El paro se redujo en 1.096 demandantes de empleo durante el mes de junio, como es habitual en este mes que coincide con el arranque del verano. La provincia leonesa pasó de los 21.679 parados y paradas registrados en el mes de mayo a los 20.583 parados y paradas en junio. Sin embargo, pese a la buena noticia que supone el aumento del empleo en cualquier territorio, en León esta mayor empleabilidad es una evidencia más de la falta de oportunidades. León es la cuarta provincia de España en la que más bajó el paro, detrás de Soria, Ávila y Palencia y seguida de Cuenca, Guadalajara y Cáceres. Es decir, la España Vaciada y Desindustrializada. Las cifras son tozudas, en el caso de Cáceres, la última de la lista indicada, el descenso ha sido del 3.81%, cuando la media de España fue del 1.79% y en territorios como el País Vasco de apenas el 0.05%. León casi triplica la media. Como se ve, hay una España que no necesita el empleo precario y estacional, mientras que en la otra España es la única oportunidad para miles de familias.
Además, según los datos del Servicio Público de Empleo (Sepe), León cuenta con una bolsa de paro estructural, con 12.500 de los 20.583 demandantes de empleo de León, más de la mitad, mayores de 45 años (5.013 hombres y 7.487 mujeres), mientras que entre la franja de 25 a 29 años son 1.395 parados y paradas (642 hombres y 753 mujeres). Como se ve, a la escasez de oportunidades para los jóvenes en la provincia, se suma la complicación del momento en el que un trabajador o una trabajadora de León queda fuera del mercado laboral, puesto que las vías para volver a él prácticamente desaparecen a esta edad. Una falta de alternativa que se debe, entre otros, a las políticas erradas y aberrantes de VOX, que dirige la Consejería de Empleo e Industria de Castilla y León, en la que ya han dimitido tres gerentes en tres años ¿Qué está pasando en esta consejería? ¿Considera Mañueco que esta gestión de Empleo e Industria también es un modelo de éxito? Para que fuera un modelo de éxito, se necesitaría una apuesta decidida en la provincia leonesa por modelos estables que den garantías de empleo, como en otras provincias de España, y poder abandonar los últimos puestos en todos los indicadores socioeconómicos de este país.
Ante esta falta de soluciones, con esta realidad asfixiante para la provincia, se hace cada vez más necesario un otoño caliente, donde la ciudadanía leonesa vuelva a las calles para reclamar la industrialización económica y social de nuestra provincia.
