La capital leonesa se ha convertido este fin de semana en el epicentro culinario de la provincia. La XXXI Feria de los Productos de León ‘Sabores de un Reino’ afrontó este sábado su jornada central con un guion que combinó a la perfección la tradición de los pucheros con la vanguardia de las nuevas técnicas de cocina. Con 104 expositores desplegando lo mejor de la despensa provincial, el Palacio de Exposiciones registró una afluencia constante de visitantes ávidos de llenar sus despensas y disfrutar de las trece actividades programadas.
El vicepresidente primero de la Diputación de León y responsable del área de Productos de León, Roberto Aller, quiso testar de primera mano el ambiente del certamen. Durante su visita a las instalaciones, Aller no ocultó su satisfacción ante lo que definió como una acogida popular «espectacular».
«Cada año, la Feria demuestra ser el escaparate perfecto de la calidad suprema de nuestros productores», afirmó el vicepresidente, quien subrayó el valor estratégico de este evento más allá de lo comercial. Para Aller, «la apuesta por el producto leonés es una garantía de futuro para el medio rural y también para la promoción de la provincia a nivel turístico y gastronómico».
De la inclusión a la ‘batalla’ de cucharones
La actividad comenzó puntual a las 11:00 horas. Tras la apertura de puertas, el protagonismo recayó en los fogones con un Taller de Cocina Inclusiva dirigido por Eva Millán, que demostró que la gastronomía es un lenguaje universal. Poco después, el debate tomó el relevo con la tercera edición de la mesa redonda organizada por la Academia Leonesa de Gastronomía, un encuentro intelectual que, como no podía ser de otra forma, culminó con una cata de vinos.
Sin embargo, el momento álgido de la mañana llegó con los aromas más tradicionales. El espacio de Cocina en Vivo se quedó pequeño para presenciar la demostración de La Huerta de Fresno y, sobre todo, para la tradicional alubiada de la IGP Alubia de La Bañeza-León, un clásico que nunca falla. La nota competitiva y lúdica la puso la novedosa ‘Lucha de Cucharones Leoneses’, una iniciativa que enganchó al público antes de dar paso a las degustaciones populares de morcilla.
Innovación en la sobremesa
Tras el receso de mediodía, la feria retomó el pulso con una tarde diseñada para sorprender. Mientras los más pequeños aprendían los secretos del lácteo en el Obrador de Queso de Vallelongo, los adultos asistían a las presentaciones de Embutidos Palazuelo y Reino de León.
La sofisticación llegó de la mano de Sonia Gutiérrez, de Cocinando Recuerdos Catering, quien reinterpretó el producto local con un ceviche de trucha y crema de limón acompañado de castañas en almíbar. El broche de oro a un sábado intenso lo puso la fusión entre tradición y modernidad: la presentación del «Botillo 2.0» por Food Bierzo Word y un maridaje final entre los quesos de Praizal y los caldos de Bodegas 100 Cepas, dejando un excelente sabor de boca de cara a la jornada de clausura.
