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Dra. Ana Lopez: «Debemos invertir tiempo en las consultas para ayudar a las pacientes con cáncer de mama a mitigar preocupaciones»

"En una ocasión escuché al Dr. Carlos López Otín (prestigioso investigador español) decir que el cáncer es un monstruo; y cuando tengo casos complicados o que no entiendo bien me acuerdo de él y de aquella charla tan maravillosa".

Ana López es Licenciada en Medicina y doctora por la Universidad Autónoma de Madrid. Especialista en Oncología Médica tras su residencia en Hospital Puerta de Hierro de Madrid, y adjunta del Servicio de Oncología Médica del Complejo Asistencial Universitario de León (CAULE) desde diciembre del año 2011.

Miembro de los grupos cooperativos de investigación contra el cáncer de mama SOLTI y GEICAM y miembro del Comité de Ética de Investigación del CAULE. Máster en Investigación clínica por la Universidad Menéndez Pelayo-Instituto Carlos III. Tutora de residentes de Oncología Médica del CAULE 2014-2023.

Autora o coautora de 30 artículos en revistas nacionales e internacionales. Autora o coautora de 43 capítulos de libros. Investigadora principal en 18 ensayos clínicos fases II – III u observacionales. Investigadora colaboradora en 14 ensayos clínicos fases II-III u observacionales. Autora o coautora de más de 150 póster en congresos nacionales e internacionales. Estancia en el centro especializado en ensayos clínicos Centro Oncologico de la Switzzera Italiana. Ospedale San Giovanni. Bellinzona. Suiza

¿Por qué eligió oncología?

La oncología me ha atraído desde que era bien pequeñita. Mi padre era Médico Internista en el Hospital de León, era un médico enamorado de su profesión, y los fines de semana se acercaba en muchas ocasiones al hospital a terminar cosas pendientes o a ver pacientes que le habían dejado preocupado. En muchas de esas visitas me dejaba acompañarlo al hospital, y por aquel entonces, la planta de Medicina Interna era compartida con Oncología. Ese lado de la planta siempre estaba en silencio, con poca luz, poca gente en los pasillos, y cuando era una niña eso me llamaba poderosamente la atención; tenía un aura misteriosa que se me hacía interesante. Pocos años después, a mi padre le diagnosticaron un cáncer de estómago, y pude vivir en primera persona, como hija de un paciente, esa oscuridad y esa necesidad de silencio que tiene muchas veces nuestra planta.

La Oncología es una especialidad preciosa y muy completa. Tiene muchas cosas en común con la Medicina Interna, mucha investigación y además una especialidad donde la sensibilidad, la empatía y la humanidad son de vital importancia.

¿Cuáles son en su opinión los avances más importantes que se han producido en el cáncer de mama?

El conocimiento de la biología molecular ha sido un avance brutal en la oncología en general, y en el cáncer de mama en particular. Yo le explico siempre a mis pacientes que antes se trataban todos los cánceres de mama igual, pero ahora ya sabemos que existen en la práctica clínica habitual al menos cuatro subtipos con un enfoque terapéutico específico, tratamientos y pronósticos diferentes.

El receptor de estrógeno en el cáncer de mama fue la primera diana terapéutica que apareció en la oncología, y con su conocimiento apareció su tratamiento específico, el tamoxifeno. Años después aparecieron otros fármacos hormonales para este subtipo de pacientes.

Posteriormente se descubrió el receptor HER2, y la llegada del trastuzumab (su tratamiento específico) supuso una revolución en el manejo de estos tumores.

Ambos tratamientos han cambiado el paradigma del cáncer de mama, consiguiendo aumentar la supervivencia de nuestras pacientes y mejorando su calidad de vida.

¿El diagnóstico precoz tiene que ver con este aumento de los tumores mamarios?

Aquello que no se diagnostica no se puede contabilizar. Las causas del aumento de la incidencia del cáncer de mama son multifactoriales y no debemos olvidarnos del estilo de vida que tanto tiene que ver con esto; la obesidad o el sobrepeso, la alimentación, el sedentarismo, el alcohol y el tabaco, son fundamentales.

¿Cree que este tipo de cáncer llegará a curarse algún día?

En una ocasión escuché al Dr. Carlos López Otín (prestigioso investigador español) decir que el cáncer es un monstruo; y cuando tengo casos complicados o que no entiendo bien me acuerdo de él y de aquella charla tan maravillosa.

La verdad es que no lo sé, ojalá pudiéramos llegar a verlo algún día. Pero de lo que sí estoy segura es de que cada vez estamos consiguiendo que nuestras pacientes vivan más tiempo y con mejor calidad de vida.

¿Existe equidad en España a la hora de acceder a un diagnóstico de cáncer o su tratamiento?

Yo creo que en España podemos estar orgullosos de la Sanidad que tenemos, y en especial de la Oncología, a nivel de cualquier otro gran país del mundo. Somos punteros en investigación clínica y eso es importantísimo para nuestras pacientes. Por supuesto nos queda mucho que mejorar, pero creo que en general podemos sentirnos satisfechos.

Hay lugares en España que llamamos de difícil cobertura que están pasando por una situación delicada por la escasez de profesionales. Me consta que las autoridades sanitarias están haciendo todo lo posible por encontrar la forma de cubrir estas bajas y que hay oncólogos haciendo verdaderos esfuerzos personales para desplazarse desde otros hospitales para que esa población no se quede sin sus consultas y tratamientos.

Últimamente se habla mucho de la necesidad de equipos multidisciplinares ¿Están ya presentes en el Caule?

Sí, por supuesto, y desde hace décadas. Un equipo multidisciplinar es aquel formado por distintos especialistas que diagnostican o tratan la misma enfermedad, cada uno desde su campo. En el CAULE, el primero que se formó fue precisamente el de cáncer de mama, al que yo me incorporé en el 2012. Todos los miércoles a las 8:30 nos reunimos cirujanos, patólogos, radiólogos, oncólogos médicos y radioterapeutas, rehabilitadores y médicos de medicina nuclear para poder orientar cada caso de manera particular y específico.

Y de la misma manera existen equipos multidisciplinares que manejan los distintos tumores, el de pulmón, colon, cabeza y cuello, sarcomas, etc.

Como oncóloga, ¿cuáles son los retos verdaderos que se plantea en su carrera?

Para mi hay tres puntos fundamentales en mi trabajo, hasta el punto que pueden llegar a obsesionarme.

Por un lado, seguir formándome y actualizándome cada día. La oncología es una especialidad en continuo cambio debido a los avances que vivimos gracias a la investigación clínica.

Por otro lado, atraer ensayos clínicos interesantes a nuestro área sanitaria; creo que es algo que estamos haciendo bien, no sólo desde Oncología, sino todos los compañeros que antes mencionaba, sin su colaboración e interés no podríamos participar en estos proyectos de investigación. Tenemos en la actualidad en el CAULE, 12 ensayos clínicos abiertos en cáncer de mama, dos estudios académicos y un estudio observacional, y en los próximos meses podremos participar en otros cinco.

Y por último, la humanización de la asistencia sanitaria. Intento siempre que mis pacientes se vayan de mi consulta más tranquilas que cuando entraron, que encuentren un apoyo en su médico y llegar a cumplir sus expectativas. Es algo muy importante para mí, estoy segura que no siempre lo consigo, pero intento mejorar cada día para que así sea.

¿Cómo es la comunicación de un diagnóstico de cáncer y cómo debería ser?

Esto es algo dificilísimo. Por un lado creo que cada uno nacemos con una facilidad para comunicar o no, y por otro es algo que podemos entrenar, estudiar y trabajar. Es obvio que no es fácil, hay que tener tacto, sensibilidad y delicadeza; encontrar las palabras adecuadas y algo difícil pero muy importante, ser capaz de darse cuenta de hasta dónde puede el paciente entender y digerir en cada momento. A veces hay que frenar y no dar toda la información junta, y eso solo se puede saber mirando al paciente a los ojos.

Deberíamos hacerlo en un ambiente confortable y privado, y con tiempo suficiente para resolver dudas y preocupaciones.

Se habla mucho de medicina personalizada, ¿qué está sucediendo entonces con los tratamientos más tradicionales: radioterapia, quimioterapia….?

Una cosa no quita la otra. La medicina personalizada ha venido a complementar a lo que ya teníamos. Y a veces los tratamientos dirigidos los ponemos solos y otras en combinación con la quimioterapia clásica. Además, no todos los tumores pueden tratarse con fármacos dirigidos, y en estos seguimos utilizando quimioterapia no tan específica como nos gustaría.

¿Cómo se aborda el miedo de las pacientes a las posibles recidivas?

Debemos intentar vivir en el presente, disfrutar del aquí y el ahora. Dicen los psiquiatras que el 90% de las cosas que nos preocupan nunca llegan a suceder. Es muy difícil ser capaz de controlar la mente y apartar de ella las cosas que no nos aportan nada, pero lo primero para conseguirlo es proponérnoslo. Es muy importante que las pacientes compartan sus miedos con sus médicos, muchas veces ese miedo nace del absoluto desconocimiento de la enfermedad y esas conversaciones son muy necesarias para tranquilizarlas.

Para mi, como profesional, es muy reconfortarte ser capaz de apagar esos miedos o al menos parte de ellos. Debemos invertir tiempo en las consultas para ayudar a las pacientes a mitigar preocupaciones. Necesitamos sensibilidad, empatía y tacto para ser capaz de leer miedo en sus ojos cuando entran por la puerta y ser capaces de reconvertirlo en tranquilidad cuando salen.

¿Qué mensaje mandaría a las mujeres con cáncer?

En primer lugar me gustaría decirles que aprendo mucho de ellas todos los días y que son muy valientes. También me gustaría decirles que están en buenas manos, que la Oncología Médica en España es de un altísimo nivel, que estamos a la vanguardia en investigación y nuevas tecnologías; que confíen en sus médicos, que hablen mucho con ellos, que compartan miedos y sensaciones, que se ayuden mutuamente a transitar este camino; que cuiden cuerpo y mente, que intenten llevar una vida lo más saludable posible, con una adecuada alimentación y haciendo ejercicio físico, pero que no se olviden también de intentar cultivar su paz interior, huir del estrés e intentar mantener siempre la calma.

 

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