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León: Patrimonio Amenazado

Ahora León / V. Bejega / Patrimonio

León es una de las provincias de España con mayor cantidad de Patrimonio, con una diversidad excepcional. Y sin embargo, también es una de las que presenta un mayor riesgo de destrucción y abandono patrimonial.

El abanico patrimonial de León abarca todas las épocas de la Historia. Con cronología prehistórica, contamos con importantes yacimientos mesolíticos, túmulos megalíticos, petroglifos, asentamientos de la Edad del Bronce y un gran número de castros de la Edad del Hierro.

La presencia romana en León se hace notar con yacimientos como el campamento legionario de León, la ciudad de Asturica Augusta o la impresionante explotación minera de Las Médulas. Pero campamentos legionarios de campaña, minas romanas, castros mineros, villas y asentamientos civiles, jalonan nuestra provincia.

Durante la Edad Media, León jugó un papel fundamental, tanto en la reorganización del territorio desde el mundo tardoantiguo hasta su conformación como Reino. Monasterios, castillos y fortalezas, ermitas e iglesias, murallas y puentes, se extienden por nuestra geografía, como testimonio de siglos de Historia.

La Edad Moderna en León propició el desarrollo de palacios y casas señoriales, además de iglesias, fuentes,…

Finalmente, la Edad Contemporánea dejó en León un abundante muestrario de patrimonio industrial, tanto minero como harinero, así como el muy poco valorado patrimonio bélico vinculado a las Guerras Carlistas o la Guerra Civil Española.

Si consideramos el Patrimonio teniendo en cuenta su categoría, también contamos con un amplio repertorio: Patrimonio Arqueológico, Patrimonio Etnográfico, Patrimonio Industrial,  Patrimonio Bélico, Patrimonio Inmaterial,…

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Buscando las causas

A pesar de esta enorme riqueza patrimonial, la situación del patrimonio leonés es alarmante. Varios son los factores que influyen para generar esta situación. Por un lado, la ingente cantidad de patrimonio y la extensión territorial de la provincia, convierten en insuficientes los recursos destinados para su conservación. Las administraciones cuentan con un reducido número de profesionales dedicados al Patrimonio, especialmente comparado con otros territorios peninsulares, y en muchos casos, sus labores se limitan a cuestiones administrativas, sin llegar a capitalizar y dirigir intervenciones patrimoniales promovidas directamente por la administración. Por otro lado, en muchos casos se carece de una política patrimonial desarrollada, que vaya más allá del marco legislativo actual y sus competencias que, en ocasiones, ni siquiera se cumplen en su plenitud. La relegación del Patrimonio a un puesto casi residual en las prioridades de inversión, conlleva que no se le preste suficiente atención y que, muchas de las actuaciones realizadas, respondan más a una cuestión puntual que a un programa planificado de intervención que aglutine unos criterios de conservación, actuación y puesta en valor comunes. Esta falta de criterio y planificación, ha llevado a malgastar enormes cantidades de dinero en proyectos absurdos o mal gestionados, jalonando la provincia de aulas de interpretación cerradas, yacimientos visitables invadidos por la maleza, carteles de señalización totalmente destrozados e inservibles,… Y es que, en muchos casos, no se tuvo en cuenta la necesidad de un proyecto de continuidad.

El desarrollo de la burbuja inmobiliaria también afectó al Patrimonio en varios sentidos. Por un lado, supuso un incremento considerable de las intervenciones arqueológicas, motivadas por la necesidad del pertinente informe para la realización de la posterior obra, lo que supuso el auge de las empresas de arqueología y patrimonio. Pero también afectó negativamente al Patrimonio, ya que la expansión urbana sepultó muchos restos, algunos de los cuales ni siquiera contaron con el pertinente control arqueológico. Además, ante el enorme volumen de excavaciones, la gran mayoría del material arqueológico ha quedad, en el mejor de los casos, relegado a un inventario y un perpetuo almacenaje en los museos, sin contar con estudios de profundidad que generen un adecuado conocimiento histórico. Tampoco se debe olvidar las «restauraciones» inadecuadas, con criterios que poco o nada tenían que ver con los valores patrimoniales y que, en muchos casos, o han sido muy costosas, o no cumplen con los requisitos mínimos de conservación y restauración.

La inversión en Patrimonio siempre ha estado condicionada por ese carácter «no prioritario» que se suele adjudicar a la cultura. Sin embargo, la actual crisis económica ha supuesto el recorte definitivo a las ya de por sí escasas inversiones. Los recursos destinados a proyectos de investigación, excavación arqueológica y consolidación son escasos y, en muchos casos, insuficientes para llevar a cabo estas intervenciones. A pesar de ello, es notable el esfuerzo de algunas instituciones, como la Diputación de León, para tratar de salvaguardar algunos conjuntos patrimoniales, especialmente vinculados al patrimonio etnográfico y de arquitectura tradicional leonesa.

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El abandono de muchos pueblos, también ha supuesto un problema para la conservación de numerosos restos patrimoniales, especialmente los vinculados con el ámbito religioso. La falta de uso de estos conjuntos, supone la desaparición de un mantenimiento que realizaban los propios vecinos, iniciando el declive y abandono de estos restos. Esta situación de abandono y de falta de control, propicia el desarrollo los saqueos y expolios, muchos de ellos asociados al mercado negro.

La crisis de la universidad española, con una pérdida significativa de capacidad económica e investigadora, también influye en esta situación. La excesiva burocratización del profesorado, la cada vez menor inversión en proyectos de investigación y la precarización del personal joven, incide en un descenso de la intervención universitaria a la hora de estudiar y promover la conservación patrimonial. Las últimas reformas universitarias llevan asociado la sustitución de las Tesis Doctorales por Trabajos de Fin de Máster, cuya menor extensión y su distinta concepción, dificulta profundizar en los distintos temas.

Tampoco debemos olvidar la compleja situación legal de algunos monumentos. La propiedad privada, en muchos casos de numerosos herederos, así como problemas de competencias entre administraciones, supone un mar donde naufragan muchos proyectos. Ante tan compleja maraña, la inacción supone la política adoptada, con el consiguiente deterioro patrimonial.

Un patrimonio en peligro

Con éstas, y algunas otras premisas, el patrimonio leonés ha visto en las últimas décadas como se agravaba su situación, con un goteo constante de noticias y situaciones alarmantes.

Desde el año 2007, la asociación Hispania Nostra, elabora la denominada «Lista Roja del Patrimonio», que recoge los elementos del Patrimonio Cultural Español que se encuentran sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores, al objeto de darlos a conocer y lograr su consolidación o restauración.

León es una de las provincias con un mayor número de restos patrimoniales incluidos en la Lista Roja. Todos los yacimientos incluidos presentan, en mayor o menor medida, un riesgo evidente de destrucción o desaparición. Sin embargo, los elementos patrimoniales en peligro superan ampliamente a los incluidos en la lista.

Actualmente, la Lista Roja de Patrimonio leonesa se compone de los siguientes elementos:

  • Puente medieval de Pedrosa del Rey: de entre los siglos XIII-XVIII, se encuentra sumergido en el pantano de Riaño.
  • Ermita de San Roque de la Mata de la Riva: del siglo XVI, se localiza en La Mata de la Riva (Vegaquemada).
  • Casona Palacio de los Allende: del año 1917, se ubica en Burón.
  • Colmenares de Adobe y Tapial del Alto Valderaduey
  • Preceptoría de Lois: del siglo XVIII.
  • Molino de Doña Concepcion Arenal: del siglo XVIII, se localiza en Villamartín de Don Sancho.
  • Iglesia de San Miguel de Crémenes: del siglo XIV.
  • Iglesia Parroquial de Santa Lucía: de los siglos XIV-XV, en el despoblado de Santa Lucía de la Valdueza (Ponferrada).
  • Cerca medieval de Almanza: de entre los siglos XII-XIII.
  • Casa del Marqués de Campo Villar: del siglo XIX. En Dehesa de Bécares (Alija del Infantado).
  • Iglesia de San Bartolomé y Casa del Cura: se desconoce la cronología de la Iglesia, pero la Casa del Cura es de 1782. Se ubica en Ferradillo (Priaranza del Bierzo).
  • Fábrica de Resinas de Nogarejas: del siglo XX. En Nogarejas de la Valdería (Castrocontrigo).
  • Casa Forestal del Monte de Riocamba, de Cea y de Valdavida: de entre los siglos XVI-XX. En Monte de Riocamba de Cea.
  • Puente Blanco de Villahibiera: del siglo XVIII. Villahibiera (Valdepolo).
  • Iglesia de San Vicente Mártir de Farballes: Del siglo XVI. Farballes (Valdevimbre).
  • Calzada Romana del Esla: entre los siglos I a.C.- IX d.C.
  • Fuente de Valdepolo: entre los siglos VII-VIII.
  • Ermita Santuario de Santa Catalina de Cabrera de Almanza: del XVI.
  • Villa Romana de los Villares: entre los siglos I-IV d.C., en Quintana del Marco.
  • Iglesia de Santa Eugenia de Quintana de la Peña: entre los siglos XVII y XVIII. Cistierna.
  • Cuevas Menudas: Alta Edad Media. Villasabariego.
  • Torre de la Iglesia de San Esteban: de entre los siglos XI y XV. Despoblado en Saelices del Río (Cea).
  • Iglesia de San Pedro de Villarino: entre los siglos XIII y XVII. Manzaneda de Valdueza.
  • Cercas medievales de León: Siglos XIII-XIV. León.
  • Castro de la Peña del Hombre o de Coba de Moura: entre el 400-200 a.C. Paradela de Muces.
  • Conjunto Industrial del Pozo de Ibarra: patrimonio minero del siglo XX. Ciñera.
  • Iglesia Parroquial de San Julián y Santa Basilisa: de entre los siglos XIII y XVIII. Valvavida (Villaselán).
  • Casona Palacio de los Álvarez Carballo: del siglo XVIII. Orallo.
  • Ad Legionem VII Gemina: de entre los siglos I y III. Puente Castro.
  • Iglesia de San Román de Bécares: entre los siglos XOV y XVII. Alija del Infantado.
  • Castillo de Altafría o de Villalobos: del siglo XII. Valderas.
  • Castillo de Benar: siglo XIV. El Castillo de Omaña.
  • Casa señorial de la Veguellina: de entre los siglos XVI y XVII. La Cepeda.
  • Fortaleza Palacio de los Marqueses de Prado: de entre el siglo XV y XVIII. Renedo de Valdetuéjar.
  • Castillo de Cea: del siglo XV. Cea.
  • Castillo de los Bazán: del siglo XV. Palacios de la Valduerna.
  • Castillo de la Laguna de Negrillos: de entre los siglos XIII y XV. Laguna de Negrillos.
  • Real Monasterio de Santa María de Nogales: del siglo XII. San Esteban de Nogales.
  • Monasterio de Santa María de Trianos: del siglo XII. Villamol.
  • Castillo de Villapadierna: del siglo XV. Villapadierna.
  • Monasterio de San Pedro de Montes: del entre los siglos VII y IX. Montes de Valdueza.
  • Monasterio de San Juan de Montealegre: de entre los siglos X y XII. Villagatón.

Algunos elementos, como el Palacio del Conde Luna, el Castillo de Sarracín, la Ermita de San Antonio Abad de Villalquite o los Canales romanos de La Cabrera, han sido retirados recientemente de la lista gracias al desarrollo de proyectos e intervenciones para su conservación y consolidación.

Algunas luces en el camino

En los últimos años, varios episodios han motivado movilizaciones sociales y ciudadanas para tratar de contrarrestar algunas de las situaciones patrimoniales más polémicas, destacando tres:

– Los Principia: el proyecto de construcción de un inmueble en la calle Don Pelayo de León, sacó a la luz uno de los restos arqueológicos más imponentes del campamento legionario en 2004. Los principia, centro del campamento, eran amenazados por la construcción de dos sótanos que arrasarían con los restos. El inicio de una batalla judicial vino acompañada de varias movilizaciones en la calle, en clara protesta por el funesto destino que se auguraba a tan importantes restos. En 2015, una sentencia judicial daba la razón el Ayuntamiento en su pretensión de conservar los restos arqueológicos y evitar su destrucción. Sin embargo, un nuevo recurso continúa alargando la odisea de los principia por su supervivencia.

– Lancia: la construcción de la autovía León-Valladolid amenazaba uno de los yacimientos más emblemáticos de León, la ciudad astur-romana de Lancia. A pesar de tratarse de un BIC, el trazado elegido cruzaba la parte inferior del yacimiento, denominada Sub-Lancia, en la que las excavaciones arqueológicas documentaron importantes restos entre los que destacaba una necrópolis, una mansio y un tramo de la Vía I del Itinerario de Antonino. La creación de la plataforma «Salvemos Lancia», que integraba diversas asociaciones y personalidades de la cultura leonesa. La presión social a través de conferencias, marchas hasta el yacimiento, noticias en prensa y difusión en diversas plataformas web y de redes sociales, consiguió dar a conocer el problema y que se consiguiese el compromiso de no destruir los restos arqueológicos. Los restos arqueológicos permanecen a la espera de que se lleve a cabo la elevación del vial para evitar la destrucción.

– Ad Legionem: la amenaza de destrucción de los restos de la cannaba del campamento legionario de León, situada en Puente Castro, generó una amplia movilización. Excavado en 2010, desde el Ayuntamiento de León se promovía la construcción de un vial que sepultaría los restos para siempre. La confluencia en su defensa de la plataforma «Por la conservación y musealización de Ad Legionem» y la asociación Promonumenta, a la que se sumaron otras asociaciones, partidos políticos y ciudadanos, llevó a cabo una campaña de presión para evitar la destrucción del yacimiento. Presencia en los medios, conferencias, recogidas de firmas, cartas a los principales responsables políticos locales, autonómicos y nacionales, e incluso una marcha hasta el yacimiento con legionarios romanos incluidos. Gracias a esta presión, se consiguió que la opinión pública conociese el yacimiento y su situación, generando una conciencia sobre el mismo y evitando su total destrucción, si bien actualmente el yacimiento se encuentra tapado.

La concienciación social sobre la situación patrimonial ha aumentado considerablemente en los últimos años. La labor desinteresada de asociaciones, como Promonumenta, así como las distintas plataformas ciudadanas anteriormente descritas, ha permitido ver una cierta luz al final del túnel.

De este modo, gracias a esta presión y a la presentación de proyectos de colaboración entre asociaciones, ciudadanos y administraciones, se ha conseguido materializar algunas intervenciones que, si bien aún son muy superficiales, marcan un camino a seguir. Podríamos destacar, por ejemplo, la intervención en el Castillo de Sarracín, en el Castillo de Cea o en los Canales Romanos de La Cabrera, entre otros.

El camino para revertir esta delicada situación patrimonial pasa por varios factores. Es fundamental el desarrollo de una política patrimonial coordinada, planificada y sopesada, que conciba el patrimonio en su totalidad, como un conjunto y no como intervenciones aisladas. Un incremento de la inversión, en base a estos criterios de planificación, que evite despilfarros innecesarios y que actúe de forma clara y prioritaria sobre los bienes más desprotegidos. La colaboración entre los distintos agentes patrimoniales, administración, profesionales, universidad y ciudadanía, es fundamental para garantizar el éxito e implicación social en lo referente al Patrimonio. Concebir el Patrimonio como una necesidad, como una inversión cultural que contribuye de forma activa a mejorar la oferta turística e identitaria de la sociedad.

Para Saber Más:

  • http://listarojapatrimonio.org/
  • http://salvarlancia.blogspot.com.es/
  • https://www.facebook.com/groups/262988647163999/?fref=ts
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