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Algunas verdades y muchas mentiras.
Aportemos datos. Datos objetivos. La cruda realidad.
En este año de sequía, los medios de comunicación en general, los agricultores, y la administración e incluso la CHD se empeñan en dar muchos titulares de prensa, pero pocos datos y conclusiones reales.
Se habla mucho de una sequía sin precedentes, y de situaciones límite.
Pero esto… ¿es así? Veamos, sumemos datos y saquemos conclusiones.
Primera pregunta: ¿Ha sido este año, y los precedentes, realmente secos?
Respuesta: Teniendo en cuenta que las precipitaciones medias en León (tomando como referencia la estación de la Virgen del Camino), son de 514.4 litros por metro cuadrado cada año:
El total de precipitaciones de este último año ha sido de: 349.5 litros, lo que supone un 68%.
Por tanto la RESPUESTA es sí.
Pero ¿Cuánto de especialmente seco? ¿Qué otros años han sido tan secos?
La respuesta es… 2.015: 366.5 litros.
2.012: 298.2 litros
2.007: 369.3 litros
2.004: 321.1 litros
Por tanto, solo podemos decir que este año es el más seco de los últimos 5 años, y que la sequía de 2.012 fue más intensa, al igual que la de 2.004, hablando solo de este siglo.
Por tanto, para nada podemos hablar de una sequía especialmente intensa.
PREGUNTA: ¿Pero no veníamos de unos años anteriores también secos?.
Esa pregunta, en cuanto a las reservas hidrológicas es irrelevante, porque todos podemos recordar que en mayo de 2.016 (hace poco mas de un año), TENÍAMOS LOS EMBALSES A REBOSAR, con inundaciones importantes en nuestra provincia, después de un invierno y primavera especialmente lluviosos con 589.9 litros por metro cuadrado en el año hidrometeorológico 15/16.
Es decir…. nos hemos “bebido” todas las reservas hidrológicas en un solo año.
¿Cómo se explica esto? Los técnicos podrán,… ¿podrán?, explicarlo mejor, pero una cosa queda clara, y es que el uso que hacemos de nuestras reservas es INTENSIVO, no pudiendo con un solo año “seco” para recuperarlas.
Los pantanos como Barrios de Luna por debajo del 7%, o Riaño al 16%. Porma y Villameca al 18%, nos dejan una media de un 15%.
Pero aquí al lado, con precipitaciones muy similares, en la Cuenca del Río Tera, tenemos los tres pantanos al 47%.
Y en el Bierzo, con precipitaciones también similares, tenemos el pantano de Bárcena y el de las Rozas ambos al 53%, y el de Matalavilla al 70%!!!
¿Cómo es posible esto… no había sequía?.
La respuesta evidentemente está en el gasto, en el uso intensivo de los pantanos de León, agotando todas las reservas a poco que el año venga seco.
Si las políticas de consumo de agua se hacen a un solo año vista, con la intención de que la naturaleza nos “regale” cada año con abundantes lluvias, vamos listos.
No es la sequía lo que nos deja secos… es nuestra “sed” de agua y un consumo por encima de la realidad la que nos deja los embalses vacíos.
La confederación Hidrográfica Miño-Sil parece gestionarlo mejor, y en el valle del Tera también.
Debería ser obligada una revisión de la política de usos y consumos del agua de nuestros pantanos que incluya al menos un plan bianual, para evitar los años secos, que sabemos que son aproximadamente uno de cada cinco.
Y por cierto, tenemos una probabilidad de un 20% de que el próximo año hidrológico sea de nuevo seco. ¿Qué haremos si esto ocurre?
O aceptar que preferimos usar el agua a la corta, año a año, pero entonces no podemos quejarnos cuando nos quedemos sin una gota. Es una decisión política y social, pero luego no podremos quejarnos amargamente de sufrir “una sequía histórica”, porque no es esa la realidad.
La Junta de Castilla y León, CHD y en lo que los dejen, los regantes, tienen la respuesta.
